MADRID, 10 Mar. (EDIZIONES) -
Más allá de su objetivo estético, las uñas tienen importantes funciones, como la de proteger los dedos. Además, en concreto las de las manos implementan la función prensil, es decir, la de coger objetos. Mientras, las de los pies nos ayudan a impulsarnos durante la marcha, a la hora de caminar. Comienzan a formarse en el tercer mes de embarazo. Sus principales componentes son: queratina, aminoácidos, agua, lípidos y minerales. Crecen de media al día 0,1 milímetros.
Hay que cuidarlas como el resto de partes del cuerpo y seguir una higiene y cuidado estrictos para que permanezcan sanas. No obstante un simple accidente doméstico, como pillarnos los dedos con la puerta, pueden hacer que perdamos alguna de ellas.
Principalmente, una uña se puede caer por un traumatismo previo. Entonces, se produce un hematoma debajo de la uña. Si es una uña del pie es recomendable acudir al podólogo para drenar el contenido de sangre bajo la uña si éste no ha salido y probablemente después la uña se caerá", explica en una entrevista con Infosalus Francisco Javier García Carmona, profesor titular de podología de la UCM, y miembro del Colegio de Podólogos de Madrid.
También señala que éstas se pueden caer si hay un golpe de repetición o un traumatismo, o bien por el efecto de la quimioterapia, aunque depende del tratamiento. A su vez, el experto señala que pueden desprenderse por enfermedades dermatológicas sistémicas o por un tumor debajo de la uña.
¿QUÉ HACER EN ESTOS CASOS?
El experto señala que, si la uña no se ha caído del todo o está a punto de caerse, lo mejor es acudir al especialista, quién valorará cómo se encuentra la piel de debajo de la uña, si hay herida o no, si hay alguna lesión rara o una úlcera, para adoptar un tipo de cuidados o otros. Además, será el experto el que valore si hay que retirar la uña por completo, de cara a facilitar el crecimiento normal de la nueva uña. "Si no se hace así se condiciona el crecimiento de la nueva uña por esa uña anómala que no cumple su función", señala García Carmona.
Según concreta, la uña de los pies nueva tarda en salir casi un año, mientras que las de las manos es más rápido, y les cuesta crecer de nuevo en torno a los 9 meses. "No se puede hacer nada para que éstas crezcan de nuevo más rápidamente, no hay ningún producto ni tratamiento para ello por el momento", señala.
Aquí llama la atención sobre la importancia de acudir a un especialista (podólogo o dermatólogo) en caso de que se produzca un traumatismo, y con ello, un hematoma en la uña, porque "un traumatismo podría ser causa de aparición de un melanoma, que no es sólo un tumor de la piel". Principalmente, esto puede ocurrir en el dedo gordo del pie.
"En los pies, lo más frecuente es que las uñas se caigan por un pisotón, por un golpe directo, como consecuencia de la práctica de deportes de contacto, por el senderismo, al subir o bajar pendientes. Aquí se produce más daño en las uñas, por lo que el llevar un calzado adecuado, en concreto un número más cuando hacemos senderismo, además de no llevarlo muy ajustado para no sufrir traumatismos, es vital para evitar un traumatismo y caída de uñas", señala el miembro del Colegio de Podólogos de Madrid.
En la mano, señala que lo más frecuentes son los traumatismos directos sobre la mano, como por ejemplo, con una puerta. "En este caso tendría que ir al dermatólogo y para que lo evalúe porque a veces puede haber fisura o fractura del hueso", precisa García Carmona.
A su vez, destaca que es importante acudir al especialista ante un desprendimiento de uña porque éste igual no se ha producido ante un traumatismo, o puede ser consecuencia, a pesar del traumatismo, de otro problema de salud. "Las uñas, si son frágiles, se rompen con asiduidad, lo que puede denotar una patología sistémica del organismo", advierte, insistiendo en la necesidad de nunca arrancarlas.