MADRID, 26 Mar. (EUROPA PRESS) -
El objetivo último de someterse a una operación de cirugía estética es lograr un resultado lo más bonito y natural posible, algo que las cicatrices de la propia intervención pueden estropear.
De hecho, España es el duodécimo país en número de intervenciones de estética, con un total estimado de 473.074 en 2016, según el informe anual de la International Society of Aesthetic Plastic Surgery (ISAPS).
En este contexto, utilizar un láser de diodo puede asegurar una reducción de la cicatriz que quede tras la operación entre un 29 y un 53 por ciento, según el jefe de la unidad de Cirugía Plástica, Estética y Reparadora del Hospital La Zarzuela (Madrid), el doctor Ángel Juárez.
No obstante, el experto llama a considerar que "la cicatrización es tan personal como el color de la piel. Por más que se quiera igualar, la equiparación nunca es cien por cien perfecta. Nunca hay dos tonos iguales como nunca hay dos cicatrizaciones iguales".
FUNCIONA ASÍ
1. El láser se aplica en la propia operación de cirugía plástica o reparadora. En el quirófano, bajo la misma anestesia, cuando la operación ha terminado.
2. Mejora la cicatriz porque actúa desde el momento en que se inicia la misma.
3. No requiere tratamiento posterior.
4. Sí requiere cuidados, como la no exposición a la radiación solar al menos en seis meses, el tiempo que tarda en producirse la maduración de la cicatriz.
5. Podrá experimentarse una ligera hinchazón de dos o tres días por el efecto vasodilatador del láser, rojez durante aproximadamente cinco días e hiperpigmentación si la cicatriz no se protege de la luz.
NO FUNCIONA SI
1. Se trata de una cirugía de ojos, pómulos o manos.
2. Si el paciente tiene un tumor maligno en la misma zona de la cicatriz a tratar.
3. Si el paciente está sometido a quimioterapia o radioterapia.
4. En suturas consecuencia de una ablación maligna o con sospechas de que lo sea.
5. En zonas infectadas.
6. En pacientes embarazadas o en menores de dos años.
El doctor Juárez también ha alertado de su eficacia en personas que fuman, porque el tabaco ralentiza la cicatrización y puede producir complicaciones básicamente ligadas a la circulación sanguínea. Antes de la cirugía se recomienda reducir al máximo el consumo de cigarrillos.