Láser de CO2 para el tratamiento de las verrugas, lunares y papilomas

Tratamiento laser
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Publicado: jueves, 11 enero 2018 11:13


MADRID, 11 Ene. (EUROPA PRESS) -

La aplicación de los tratamientos de láser al ámbito de la dermatología ha supuesto una revolución debido a su versatilidad a la hora de tratar diferentes lesiones y su utilidad en el ámbito estético, especialmente en el rejuvenecimiento de la piel.

En concreto, el láser de CO2, que ha sufrido una notable evolución en los últimos años, aplica un mayor potencial de energía en menos tiempo, lo que permite un trabajo más rápido. Este tratamiento también se utiliza para mejorar arrugas o marcas de acné, además de contar con la opción quirúrgica o de vaporización, útil para tratar lesiones protuberantes.

"La vaporización se traduce en que este láser tiene afinidad por el agua y lo que va haciendo es eliminar, capa a capa, estas lesiones que son abultadas. Lo hace sin dejar cicatriz, ya que es un láser de gran precisión, cuya peculiaridad es que da mucha energía en muy poco tiempo, de modo que la piel que rodea la lesión no se calienta, evitando así la cicatriz", señala la dermatóloga del Instituto Dermatológico de Vithas Internacional, Mayte Truchuelo.

Este tipo de lesiones abultadas, como son las verrugas, son habitualmente benignas y "se eliminan por estética o por molestias que pueden ocasionar por el roce, pero no es necesario analizar el tejido tras su eliminación", según destaca la doctora Truchuelo.

EL TRATAMIENTO

La experta explica que normalmente se pautan dos sesiones para la eliminación de la lesión. En la primera prácticamente se quita todo, siendo la segunda un repaso.

En el caso de lesiones abultadas no es necesario preparar previamente la piel. Se inyecta al paciente anestesia local y "se puede ir a casa inmediatamente y hacer vida normal. En la lesión tratada se creará una costra que, dependiendo de la zona, se desprenderá entre 7 y 14 días después" continúa Mayte Truchuelo.

Las ventajas de la vaporización mediante el láser de CO2 son su mayor eficacia y seguridad; la evitación de cicatrices, ya que actúa muy selectivamente, de modo que no daña los tejidos adyacentes; y que permite la coagulación de los vasos sanguíneos, de modo que la piel no sangra.