MADRID, 17 Feb. (EUROPA PRESS) -
Tal y como advierte el presidente de la Sociedad Española de Dentistas y Odontólogos (SEDO), Juan Carlos Pérez, una mala respiración puede afectar a la salud bucodental al provocar un desarrollo incorrecto de los maxilares, algo en lo que también influye la forma del paladar.
Los paladares que son excesivamente ojivales o estrechos pueden hacer que la dentadura crezca hacia delante. Al ser el paladar el suelo de la nariz, si es demasiado apuntado, la capacidad de la nariz posiblemente será estrecha y pequeña, impidiendo que se respire todo lo bien que se debiera. Además, en estos casos, los labios no sellan bien durante el sueño, lo que provoca problemas durante el sueño y falta de un descanso reparador.
En este sentido, como señala Pérez, respirar por la boca en lugar de por la nariz, ya sea durante todo el día o solo durante el sueño, tiene numerosas consecuencias. Además, puede ocasionar alergias e infecciones respiratorias, debido a que el aire no pasa por ningún filtro por el que limpiarse, calentarse y humedecerse.
De igual forma, el cerebro no consigue suficiente oxigenación, lo que puede causar problemas de concentración, falta de atención, falta de coordinación o dolores musculares. Asimismo, pueden producirse apneas del sueño y también que se ronque.
En este sentido, si no respira por la nariz, no existirá un estímulo durante el desarrollo que haga que los huesos crezcan correctamente, por lo que suelen ser niños con el maxilar superior poco desarrollado y paladares ojivales, lo que más adelante hará que aparezcan problemas en la oclusión.
Así, las personas que respiran por la boca probablemente tendrán problemas de cierre labial debido a que siempre tienen la boca abierta para respirar, provocando que el labio superior no se desarrolle muscularmente y tenga hipotonía.
LAS CONSECUENCIAS DE RESPIRAR POR LA BOCA
Esta falta de cierre labial también puede provocar problemas de boca seca, labios agrietados, mal aliento y falta de saliva, relacionado con la aparición de caries y problemas de encías, puesto que la saliva realiza un mecanismo de defensa frente a todas esas bacterias que nos producen estas enfermedades.
Así las cosas, en algunos casos, los ortodocistas pueden recomendar algunos ejercicios para rehabilitar la respiración oral, tal y como detalla el presidente de SEDO, quien recomienda realizar cuatro series.
En primer lugar, una primera serie en la que, cerrando los labios, se realicen 10 respiraciones profundas por la nariz delante de un espejo para observar el movimiento de las alas nasales; después, una segunda serie, en la que se inspire profundamente y, en un vaso que contenga un poco de agua, se espire totalmente haciendo burbujas con una pajita sin salpicar hasta en un total de 10 repeticiones.
La tercera serie consiste en hacer 10 pequeñas bolitas de papel y colocarlas en un extremo de la mesa. A continuación, se debe inspirar aire por la nariz y seguidamente soplar para llevarlas poco a poco al borde opuesto. Es importante que no caigan al suelo.
En una cuarta serie, tal y como aconseja el odontólogo, también delante de un espejo, con la boca cerrada se deben realizar varias inspiraciones y espiraciones por la nariz empañando el espejo. Después, inspirar por una narina y espirar por otra, alternativamente.
En una quinta serie, los expertos recomiendan colocar un trozo de galleta entre los labios mientras el niño lee, ve la televisión o realiza cualquier otra actividad, aumentar progresivamente la duración.
Desde SEDO aconsejan, en la primera semana, realizar las dos primeras series durante 30 minutos al día. En la segunda semana, aconsejan incorporar la rercera serie durante el mismo tiempo. Lo mismo ocurre en la tercera semana, en la que se añade la cuarta serie. Finalmente, en la cuarta semana y en las sucesivas, los expertos recomiendan realizar todas las series durante 30 minutos al día.
Además, según indican, debe hacerse un esfuerzo por mantener siempre los labios cerrados. "Haciendo bien los ejercicios, el hábito puede rehabilitarse en varios meses. Si no es así, deberá buscarse la ayuda de un logopeda o un rehabilitador que ayude a corregir el hábito", ha concluido Pérez.