¿Qué es el impétigo? En verano, protege tu piel de bacterias

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Actualizado: miércoles, 5 agosto 2015 8:29

   MADRID, 5 Ago. (INFOSALUS) -

   El impétigo es una infección de la piel causada por las bacterias del tipo estreptococo o estafilococo y que puede aparecer a cualquier edad pero más común en los niños debido al mayor contacto directo piel con piel entre ellos en la piscina o en la playa.

   Según explica a Infosalus la doctora María Teresa Gutiérrez, miembro de la Academia Española de Dermatología y Venereología, con el impétigo aparecen ampollas con contenido líquido donde hay estreptococos o estafilococos y que al romperse se extienden por la piel y aumentan las lesiones.

   "Cuando se ven estas lesiones hay que aplicar el tratamiento adecuado porque se extiende con facilidad. Puede picar aunque no ocasiona dolor, el problema es que si los niños se rascan esto ayuda a que se extienda el cuadro", señala la doctora Gutiérrez, profesora titular de Dermatología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Granada.

   El sol en sí no lo favorece, el impétigo se puede producir en cualquier época del año, las pequeñas epidemias autolimitadas se deben a que los niños llevan menos ropa y existe más superficie de piel expuesta, al mayor contacto normal derivado del juego y a que los niños tienden a rascarse y aumentan las lesiones.

   Es una afección más común a partir de los tres o cuatro años ya que los bebés suelen estar más protegidos y a esa edad es cuando hay más juego entre niños, aunque también hay que tener cuidado en el caso de que existan bebés y niños con impétigo en el mismo hogar.

   El impétigo puede ser primario, surgir de forma espontánea sin tener su origen en una lesión dada, o secundario por infección de una dermatosis previa, una quemadura o una pequeña úlcera. Se trata de gérmenes que se encuentran en la piel y que en ocasiones se pueden convertir en patógenos, algo más fácil si se producen lesiones.

   Los niños más predispuestos son los atópicos que sufren lesiones eccematosas que pueden ocasionar pequeñas lesiones que se infectan ya que su barrera cutánea de protección está alterada. En estos niños es muy importante una buena hidratación ya que si la piel se seca, pica más y el picor que conduce a rascado puede ocasionar un eccema e infección y presentar impétigo de forma recurrente.

IDENTIFICAR EL IMPÉTIGO

   A veces las ampollas no se ven con facilidad porque son muy superficiales y aunque hayan pasado inadvertidas para los padres se identifican con claridad cuando se rompen ya que al secarse dejan una costra de color miel amarillento.

   Si el impétigo es incipiente no reviste gravedad ya que se soluciona bien con fármacos tópicos, cremas con antibióticos que se aplican sobre la piel, si es extenso requiere de tratamiento antibiótico oral, y siempre evitar el contacto con las heridas.

   Con la aplicación del tratamiento remite en cuatro o cinco días y, si no aparecen lesiones nuevas, deja de ser contagioso. Si no se trata puede, como cualquier proceso infeccioso, extenderse y causar fiebre e incluso afectar a otros órganos.

   La doctora Gutiérrez aconseja para tratar el impétigo el uso de antibióticos de amplio espectro que cubren tanto la infección por estafilococos como por estreptococos y lavados con betadine jabonoso (povidona yodada) que ayudan a desinfectar la piel, más la crema antibiótica tópica.

   Las medidas de precaución en verano, cuando los niños pasan tanto tiempo en la piscina o en el campo y hay más ocasiones de contacto piel con piel, es lavar más a menudo las manos y evitar el contacto con las lesiones de otros niños. "Sufrir impétigo no es un indicador de falta de aseo ya que se debe a su alta contagiosidad, más piel expuesta y más contacto", concluye la doctora.