MADRID 8 Abr. (EUROPA PRESS) -
El Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid ha realizado por primera vez en España dos intervenciones de trasplante capilar reconstructivo pioneras en la red sanitaria pública española.
"La realización de esta técnica en un hospital abre una nueva línea docente, asistencial e investigadora dentro del campo de la Dermatología", ha señalado el doctor Sergio Vañó, quien coordina la Unidad de trasplante capilar reconstructivo en el servicio de dermatología.
La primera intervención se ha realizado a una mujer de 64 años diagnosticada de lupus cutáneo desde hace más de 20 años, que presentaba alopecia cicatricial en el 30 por ciento del cuero cabelludo lo cual le obligaba a llevar peluca; la segunda intervención ha sido a un hombre de 67 años al que le faltaba una ceja como secuela de una intervención quirúrgica previa por un cáncer de piel.
La unidad, integrada por un equipo de profesionales altamente especializados en este tipo de intervenciones, lo forman tres dermatólogos, dos profesionales de enfermería y una auxiliar de enfermería. También están especializados en tricología, que es la rama de la dermatología que se ocupa específicamente de los problemas capilares, principalmente de los diferentes tipos de alopecia.
Estas intervenciones suponen la puesta en marcha, formalmente, de esta unidad pionera a nivel nacional que permite realizar la técnica del trasplante capilar mediante microinjertos a pacientes con alopecias cicatriciales o alopecias secundarias a intervenciones quirúrgicas por cáncer.
"Se tratan casos complejos y seleccionados previamente, de alopecias cicatriciales y cicatrices de secuelas quirúrgicas oncológicas previas", destacan desde el hospital.
La técnica quirúrgica del trasplante capilar mediante microinjertos foliculares permite trasladar folículos de una zona poblada a un área alopécica, aumentando de esta forma la densidad capilar produciendo un resultado muy natural.
Entre los beneficios más destacados para el paciente, se encuentran fundamentalmente, la disminución del impacto psicológico por tener parte del cuero cabelludo sin pelo bien, por alopecia hormonal, inmunológica, por estrés, por alteraciones alimentarias, por fármacos, por enfermedades internas o tras una intervención quirúrgica oncológica o como resultado de un tratamiento oncológico. Asimismo, aumenta la autoestima y reduce el estrés de los pacientes, mejorando la calidad de vida.