¿Por qué hay zonas del cuerpo que engordan o acumulan más grasa que otras?

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Actualizado: martes, 28 agosto 2018 8:14

   MADRID, 28 Ago. (EDIZIONES) -

   La obesidad ha alcanzado en esta era el calificativo de la 'epidemia del siglo XXI'. En la actualidad es un problema cada vez más acuciante y que está preocupando a las altas esferas sanitarias a nivel mundial. No obstante, la capacidad de nuestro cuerpo por almacenar energía y usarla más adelante nos sirvió en antaño, en épocas de escasez de comida.

   El presidente de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO), el doctor Francisco Tinahones, explica a Infosalus que la distribución de la grasa en el cuerpo es diferente en función de las propias características del individuo, del sexo que tenga, de la genética y del estilo de vida. "La grasa tiene dos formas donde almacenarse: en el tejido adiposo subcutáneo (se distribuye de forma homogénea por nuestro cuerpo), o en el tejido adiposo visceral (cintura/tronco)", indica.

   Además, sostiene que la distribución de la grasa tiene mucho que ver con las hormonas, y en concreto, las femeninas contribuyen a que se distribuya la grasa de forma general por todo el cuerpo, mientras que en el hombre en el tejido adiposo visceral.

   "Pero también hay genética detrás y familias con predisposición a acumular en el abdomen y, por tanto, siempre engordan en esa zona. Se sabe que el visceral está más ligado a enfermedades relacionadas con la obesidad, tales como la diabetes, la hipertensión o las alteraciones de los lípidos", precisa el doctor Tinahones.

   Así, indica que la grasa se acumula porque se consumen más calorías de las que se gastan, y por ello el organismo almacena ese excedente de calorías en el tejido adiposo. "Nuestro organismo está preparado para almacenar energía porque viene de una especie que tiene millones de años de evolución, y el ser humano ha pasado más periodos de hambruna que épocas donde goza de alimento de forma regular. Por ello, el cuerpo está preparado para no perder esa energía cuando toque no comer, pero como ahora no ocurre como entonces se queda así. De esta manera, un sujeto que consuma lo mismo que gasta tendrá tejido adiposo pequeño; sin embargo, si se come más se acumula ese exceso de energía", subraya el presidente de la Sociedad Española de Obesidad.

   Con todo ello, el experto recuerda que hay zonas que acumulan una mayor cantidad de grasa que otras por la predisposición genética a acumular grasa en la tripa, en el tronco, aunque también está relacionado con el sexo de la persona, y luego con el estilo de vida, ya que, según destaca, una persona que hace ejercicio físico normalmente predispone a que no se acumule la grasa.

¿POR QUÉ ES MUY DIFÍCIL DE ELIMINAR ESTA GRASA?

   Sobre las razones que explicarían por qué es tan costoso para algunas personas, a pesar de estar a dieta, el quitarse esos kilos de más o esa acumulación de grasa, el doctor Tinahones señala que porque al cuerpo le resulta "difícil" realizar balances negativos de energía.

   "Hay que darse cuenta de que la tendencia actual es a consumir más de lo que gastamos y cuando consumimos menos de lo que gastamos el organismo tiene que tirar del tejido adiposo, que es donde está almacenada la energía. Pero curiosamente el organismo está preparado para que esas reservas de grasa no las consumamos o nos cueste mucho consumirlas", indica.

   Así, reconoce que es nuestro organismo el que evita que ese acúmulo de grasa se pierda, incluso con dietas muy bajas en energía. Por ejemplo, el especialista cita que el organismo, para evitar perder esa grasa acumulada, un seguro de vida para el hombre primitivo, muchas veces pone en marcha mecanismos de defensa, como son bajar la temperatura corporal, y así evitar que cuando se coma poco se degrade todo el tejido adiposo para obtener energía.

   "Es muy fácil almacenar la grasa después del exceso de ingesta, y cuesta trabajo para perderla porque el organismo se defiende. Pero si seguimos manteniendo ese déficit energético poco a poco esa grasa se va perdiendo", asegura.

   Sobre el hecho de que haya zonas del cuerpo que adelgazan más rápidamente que otras, como sería el caso del pecho en las mujeres, el especialista indica que, por desgracia, cuando la grasa se acumula en el abdomen, en el tronco, se resiste y cuesta más adelgazarla que aquella del tejido subcutáneo.

   "Se encuentra la paradoja de que hay personas que pierden más grasa de los brazos que de la tripa pero tiene que ver mucho con la susceptibilidad genética, con el sexo y con el estilo de vida de la persona. El ejercicio físico contribuye de forma importante a que se pierda grasa de forma global", agrega el presidente de la SEEDO.