MADRID, 26 Ago. (EDIZIONES) -
No siempre es fácil mantener nuestros ojos y nuestra manos fuera de la comida cuando ya hemos comido la cantidad que necesitamos. ¿Cuántas veces el 'hambre' emocional o simplemente la gula te ha hecho comer más de lo que necesitas?
Ante esta situación, lo mejor sería tener fuerza de voluntad y aceptar que no tienes en realidad hambre y no comer nada más. No hay duda en que la clave para mantener una buena alimentación y no subir de peso está en el autocontrol. Sin embargo, esto no es tan sencillo. Así, normalmente, nos dejamos llevar y comemos todo lo que tenemos en el plato.
Debes de tener en cuenta que la ingesta calórica debe estar en consonancia con el gasto calórico. Los datos científicos de que se dispone indican que las grasas no deberían superar el 30% de la ingesta calórica total para evitar un aumento de peso, lo que implica dejar de consumir grasas saturadas para consumir grasas no saturadas y eliminar gradualmente las grasas industriales de tipo trans.
No se trata de que cuentes calorías pero sí de que tengas en cuenta que comer más de lo que necesitas tiene una consecuencia que va más allá del aumento de peso, ya que a la larga una mala alimentación está asociada con un aumento en el riesgo a desarrollar algunas enfermedades.
La doctora Kristin Kirkpatrick, dietista de la Cleveland Clinic, tiene estas sugerencias que aquí recogemos:
1.- Usar bolsas de plástico para reducir las porciones.
Puedes usar bolsas de sándwich, o las que se usan para congelar. Divide en diferentes bolsitas el contenido de los paquetes grandes, así puedes repartir porciones de alimentos como cereales o patatas fritas y, sobre todo, limítate a estar porciones.
2.- Comer en platos más pequeños.
Cuanto más grande sea el plato más grande es la ración que vas a comer. Acostúmbrate a utilizar platos más pequeños, sobre todo para los platos principales, de ese modo las porciones serán de menor tamaño.
3.- Come más despacio.
Reduce la velocidad al comer. Esta científicamente comprobado que la comida se disfruta más cuanto más se mastica. Pero además, comer más despacio ayuda a que te sacies antes. Al comer más lento, le da a su estómago más tiempo para enviar un mensaje al cerebro que está lleno.
4.- Guarda las sobras.
Si no tienes hambre y sobra algo en el plato...¡NO te lo comas! Todos tenemos tuppers, guárdalo para otra comida. Y si se trata de una comida familiar, Kirkpatrick recomienda evitar el picoteo de las sobras, por eso su consejo es meterlo en tuppers de forma inmediata.
"Trate de evitar una comida de tipo de estilo familiar, porque si tienes los cuencos allí, a la vista, y estás aburrido y distraído, es posible que empieces a picar de ellos", afirma. Además, señala que es menos probable que vuelvas a servirte si tienes que pasar por el proceso de ir a la nevera, coger el recipiente y calentándolo.
5.- Pregúntate por qué estás comiendo.
Cuando estés finalizando la comida, si aún queda algo en el plato, pregúntate si tienes hambre. Es fácil dejarse llevar pero si te haces esta pregunta podrás al menos reconocer qué te está motivando a comer. En el mejor de los casos podrías aceptar que no tienes en realidad hambre y no comer nada. Otras veces, ser consciente te puede ayudar a decidir mejor qué comer y optar por algo más saludable.