MADRID, 10 Sep. (EUROPA PRESS) -
Estos días de son duros por la vuelta a la rutina que lleva aparejada septiembre. Pero, igualmente que estos días pueden suceder entre recuerdos veraniegos, preparativos y nuevos proyectos, también pueden aparecer preocupaciones en torno a la salud debido a los excesos que se han podido cometer durante la época estival.
"Aunque el verano tiene aspectos positivos para la salud, el descanso y la desconexión con el mundo laboral y sus problemas diarios permite a nuestra mente centrarse en actividades de carácter lúdico que la ayudan a cargar nuevamente energías, las vacaciones también puden condicionar otros efectos menos saludables", ha indicado el jefe del servicio de Medicina Interna de Vithas Xanit, el doctor Juan Carlos Gavilán.
Durante las vacaciones se producen modificaciones sustanciales en nuestros hábitos saludables, cuyo descuido provocan un resentimiento de la salud, que se constituye como la principal preocupación con la vuelta a la rutina, indican desde el servicio de Medicina Interna del Hospital Vithas Xanit.
Dentro de la salud, concretamente, el exceso de peso y la baja forma física, además de las manchas en la piel, son las principales preocupaciones que encuentran los especialistas en los pacientes cuando llega septiembre.
- Comida saludable y ejercicio. "El incremento de peso es una de las consecuencia de las frecuentes visitas al restaurante y al chiringuito, así como del consumo de una mayor proporción de alimentos fritos, grasas y con alto contenido en azúcares, como helados", ha indicado el doctor Gavilán. "Si a esto sumamos el frecuente descenso de actividad física y el aumento del consumo de alcohol, la vuelta al trabajo suele ir acompañada de unos kilos de más y de un cierto deterioro en nuestro fondo físico", ha añadido el experto.
Ahora es el periodo donde suele tomarse conciencia de todo ello y se está predispuesto a poner en marcha una serie de medidas, generalmente basadas en dietas y programas de ejercicios, que permitan recuperarnos de algunos de los excesos del verano.
"Sin duda, es buena idea aprovechar esta predisposición mental a la vuelta a hábitos rutinarios saludables tras el periodo de descanso, pero es conveniente diseñarlo con sentido común y evitar programas de dieta y ejercicios drásticos, a corto plazo, que habitualmente se abandonan de forma prematura y que, a veces, en función de la edad, patologías de base y estado cardiovascular basal de las personas, podrían llegar a tener efectos nocivos", ha recordado el doctor Galván.
En este sentido, la vuelta a dietas saludables sostenibles, basados en un incremento en el consumo de verduras y hortalizas, evitando alimentos grasos y de alto contenido de azucares, bebidas alcohólicas y una adecuada hidratación constituyen un pilar esencial.
El inicio de un programa de ejercicios físicos, preferentemente aeróbicos, con carácter progresivo y ajustado al nivel físico previo, edad y salud cardiovascular de las personas resulta lo más adecuado. En este contexto, es necesario recordar que la práctica de ejercicio físico diario reduce considerablemente el riesgo de enfermedad cardiovascular, según especifica la Fundación Española del Corazón.
"En este sentido, la realización de un chequeo médico previo, especialmente en personas de edad intermedia y mayores, en las que se evalúe la función cardiovascular y la posible existencia de patologías prevalentes como hipertensión, diabetes o anemias, son recomendables y ayudan a detectar y corregir problemas clínicos que de otra forma pasarían desapercibidos, al tiempo que nos asegura que el inicio de la actividad física progresiva se hará de una forma segura", ha recomendado el experto.
¿Y LA PIEL?
- Cuidados de la piel tras la exposición solar. La piel es otra de las grandes castigadas del verano. Arrugas, falta de luminosidad, descamación o flacidez son algunas de las consecuencias derivadas de la excesiva exposición solar a la que nos sometemos en verano. Por eso, más del 70 por ciento de las consultas por manchas en la piel se producen después del verano, según se informa desde el Servicio de Dermatología del Hospital Vithas Xanit Internacional.
"Es importante después del verano llevar a cabo una hidratación continua e intensiva de nuestra piel para que se recupere, así como una limpieza diaria para eliminar la piel muerta, más abundante después de los meses de calor. Recuperar un buen descanso nocturno, y retomar una alimentación equilibrada también pueden ayudarnos a la recuperación de la piel después del verano", ha explicado el jefe del servicio de Dermatología del mencionado hospital, el doctor Enrique Herrera Acosta.
Ha añadido que "es muy recomendable también aplicarse una mascarilla hidratante todos los días durante un mes, utilizar serum y productos dermocosméticos con vitamina C, un antioxidante muy eficaz para neutralizar los radicales libres que aceleran el envejecimiento de la piel".
En este sentido, la Agencia Española de Dermatología y Venereología aconseja, de igual modo, que tras el verano se siga utilizando a diario protector solar y, en el caso de utilizar cosméticos, se usen con productos queratolíticos a base de ácido retinoico o hidroxiácidos y aplicar 'peelings' superficiales o medios realizados por dermatólogos.