El estuche, el frasco y el etiquetado, tienen la clave para reconocer si un perfume es una falsificación

Actualizado: martes, 7 octubre 2014 6:22
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MADRID, 19 Dic. (EUROPA PRESS) -

   Ante una fragancia falsificada, tanto el consumidor como las autoridades y los médicos se encuentran a ciegas debido a la ausencia de control que presentan esto productos, para reconocer si se trata de una copia Asociación Nacional de Perfumería y Cosmética (Stanpa) recomienda fijarse en la calidad del papel, el estuche, el frasco y el etiquetado del producto.

   "Observando de fuera hacia dentro, los cuatro aspectos fundamentales para reconocer a simple vista un perfume falso se encuentran en la escasa calidad del celofán, del estuche, del frasco, así como la ausencia del etiquetado necesario", afirma Fernando Magariños, asesor legal de Stanpa y experto en falsificaciones.

   En estos términos se ha referido este miércoles en el taller 'El consumidor frente a las imitaciones y falsificaciones de fragancias' organizado por Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) en el que ha participado Stanpa, como fuente institucional del sector cosmético español.

   Así, el envoltorio de los perfumes falsos hace ruido al tacto y sus pliegues son irregulares; en cuanto a los estuches, los cartones son más rugosos y sin consistencia para proteger el producto, muestran un brillo distinto al original y los colores no presentan contrastes.

   Por otro lado, los frascos suelen presentar una mala calidad del vidrio con porosidades, y no están realizados en una sola pieza, apreciándose la junta de unión. Además, dentro del envase, la cánula dispensadora es demasiado larga y no se ajusta al tamaño original. El etiquetado cobra gran protagonismo, dado que es la fuente de información al consumidor.

UN DELITO Y UN PROBLEMA PARA LA SALUD

   Uno de los grandes inconvenientes del consumo de perfumes falsificados es la ausencia de garantía de inocuidad. Estos productos no cumplen con la legislación relativa a la seguridad que se le aplica a los perfumes originales. Además, el consumo de productos sin regulación puede ocasionar graves daños a la salud, como irritación ocular, dermatitis, reacciones alérgicas severas, sensibilización (no poder usar más otros productos), manchas en la piel, etc.

   La falsificación es un delito contra la propiedad industrial y la industria cosmética legal fabrica productos pensando siempre en la salud y seguridad de los consumidores. Por el contrario, señala la directora general de Stampa, Val Díez, "las falsificaciones siempre se fabrican en un lugar clandestino, espacios que no reúnen las condiciones de seguridad ni salubridad necesarias para el consumo".

   Por ello, añade, "lejos de lo que en un principio pueda considerarse como algo asequible a cualquier bolsillo, cubriendo cualquier tipo de aspiración, el consumo de productos falsos resulta caro al consumidor. Es por ello, que las falsificaciones no son una opción para el consumidor, son una opción para alimentar a mafias organizadas que ocasionan graves perjuicios a los ciudadanos".

   Asimismo, las falsificaciones carecen de documentos que indiquen la inocuidad de los ingredientes con los que realmente están compuestos. Estos ingredientes pueden ser desde detergentes hasta productos de uso industrial prohibidos para el consumo humano.

   Por otra parte, el Inspector Policía Nacional, jefe del grupo de propiedad industrial, Jesús Martín Moreno, ha advertido de que detrás de la venta de un producto falsificado "siempre hay una organización criminal". En cuanto al porcentaje de venta de productos ilegales, señalaba que "mayoritariamente se localizan en el mercadillo".