MADRID, 27 Dic. (EUROPA PRESS) -
El estrés desencadena un debilitamiento del cabello provocando su caída debido al aumento de la hormona ACTH, ha asegurado la directora médico de Svenson, Ángela García Matas.
"Reconocer a tiempo una crisis de estrés o ansiedad puede librar al cabello de una situación traumática hoy, que se verá reflejado meses después", ha manifestado la experta.
Por ello, estar sometido a un elevado nivel tensional puede hacer que la melena se vuelva más frágil, se rompa y se caiga. Si el foco de ansiedad desaparece o no existe ninguna sintomatología severa, el cabello puede crecer de nuevo con normalidad, aunque a veces no con las mismas características que el pelo perdido. Es conveniente acudir a un especialista en medicina capilar que estudie el crecimiento de este pelo nuevo y sus características.
"En el caso de la alopecia emocional, la clave en primer lugar es tratar la causa nerviosa que la provoca, con terapias de relajación, ejercicios de respiración y acudir a un experto médico en salud capilar para un análisis exhaustivo del cabello para definir el problema", ha señalado García Matas.
Desde Svenson han recomendado, para evitar esta situación, dormir como mínimo 8 horas; seguir una correcta alimentación; organizar las actividades de la vida diaria; realizar ejercicio de manera regular; y mantener una buena hidratación, bebiendo unos dos litros diarios de agua.
Dado que la etiología de la alopecia por estrés es multifactorial, deberá ser tratada por un equipo multidisciplinar que incluya, entre otras, terapias psicológicas. Como primer paso es recomendable el uso de productos de higiene específicos anticaída.
Por su parte, este problema afecta a hombres y mujeres de igual forma. No obstante, hay etapas en la vida de la mujer muy marcadas (embarazo, lactancia, menstruación o menopausia) que unidas a un período de estrés por otros factores puede desencadenar episodios de pérdida de cabello más pronunciados que en los varones.