¿A qué enfermedades de la piel les beneficia la playa y a cuáles no?

Las enfermedades de la piel pueden empeorar con la exposición al sol
Las enfermedades de la piel pueden empeorar con la exposición al sol - COM SALUD

Actualizado: viernes, 26 julio 2019 18:24

MADRID, 26 Jul. (EUROPA PRESS) -

Aunque la exposición al sol puede ser beneficiosa para algunas enfermedades cutáneas, en ocasiones puede ser perniciosa, y dependiendo de la patología que se sufra, el sol puede agravar los síntomas, especialmente si se trata de una enfermedad no diagnosticada.

Algunas enfermedades de la piel como la rosácea, el lupus o el melasma pueden empeorar de manera considerable por la exposición solar. La doctora Ángela Hermosa Gelbard, dermatóloga de la Clínica FEMM, señala algunas de las dermatologías más habituales para las que la playa puede suponer un empeoramiento.

PLAYA SÍ

- Dermatitis atópica: la dermatitis atópica es una enfermedad crónica caracterizada por la picazón intensa, el eccema crónico, costras y secreciones, etc. En la mayoría de los casos, los brotes suelen disminuir en la playa, aunque hay una minoría de pacientes que empeoran en verano.

- Psoriasis: según la Academia Española de Dermatología y Venereología, en España afecta al 2,3% de la población, lo que se estima en más de un millón de pacientes. Presenta zonas rojas inflamadas, con escamas, que aparecen en cualquier parte del cuerpo. El sol ayuda a mejorar, pero es importante evitar quemaduras solares que podrían producir el efecto contrario.

- Vitíligo: esta despigmentación está causada porque el sistema inmunológico destruye las células responsables de generar la melanina, por lo que se pierde el pigmento en determinadas zonas de la piel. Durante la exposición al sol se debe procurar que no se produzcan quemaduras.

- Liquen plano: se trata de una afección dermatológica que causa picor y aparece en forma de bultos en la piel y de manchas blancas en las zonas de mucosas. "Esta enfermedad no es contagiosa, pero sí suele ser recurrente" ha indicado la doctora Hermosa Gelbard. "Se puede tratar con corticoides, pero en casos resistentes a éstos o extensos, la fototerapia con luz ultravioleta es una opción terapéutica y por eso el sol suele ir bien en estos pacientes".

PLAYA NO

- Rosácea: se caracteriza por el enrojecimiento en la nariz y las mejillas, fruto de una piel extremadamente sensible. Factores como la luz solar, el estrés y el tipo de alimentación pueden empeorar sus síntomas; además, con sol se desencadenan brotes de granitos en la zona central de la cara.

- Lupus: normalmente provoca lesiones cutáneas y fotosensibilidad, y dolor en músculos y articulaciones. Se estima que afecta a unas 75.000 personas en España, el 90 por ciento son mujeres.

- Herpes: las típicas calenturas de los labios pueden desencadenar brotes de herpes.

- Pitiriasis versicolor: se trata de una infección causada por el hongo 'malassezia furfur', un huésped de la flora de la piel que se alimenta de sebo. Por ello, en condiciones de calor y humedad, como la playa, el hongo prolifera y produce manchas blanquecinas o marrones con descamación en zonas ricas en glándulas sebáceas, como la parte alta de la espalda, el pecho, los hombros, etc.

- Melasma: en el melasma aparecen manchas de manera difusa y profunda en mejillas y labio superior y van desde un color marrón claro a un color marrón grisáceo en función del fototipo del paciente y de su profundidad. Son manchas en las que la luz juega un papel clave en su empeoramiento, aunque también pueden empeorar por algunos factores hormonales, como la ingesta de anticonceptivos o durante el embarazo.

Ante la presencia de síntomas como irritaciones, heridas, picor y escozor o cualquier otro malestar que se manifiesta a través de la piel, es conveniente acudir al dermatólogo. "Es muy importante consultar al especialista ante cualquier evento que afecte a nuestra piel", ha señalado la doctora Hermosa. "No solo existen patologías que empeoran con el sol, sino que el sol puede también ser causante de otras".

Entre las patologías que pueden empeorar con el sol se encuentran la erupción polimorfa lumínica -una erupción cutánea en tipo de granitos en cara, escote y antebrazos que puede afectar hasta al 20% de la población general, sobre todo mujeres-; la urticaria solar -la llamada 'alergia al sol' se manifiesta con lesiones tipo habones en cualquier lugar del cuerpo, picor y eritema, e incluso cefalea, malestar, dificultad respiratoria o mareos-; o el acné estival -también llamado acné Mallorca, consistente en la aparición de múltiples granitos a las 12-24 horas tras la exposición solar, en todas las zonas expuestas-.

En ocasiones el propio paciente desconoce que sufre de una afeción en la piel; en estos casos el paso por la playa puede desembocar en una mala experiencia. En este grupo se encuentran la rosácea y el lupus.

La rosácea es una de las enfermedades menos diagnosticadas, a pesar de sufrirla un 10 por ciento de los españoles. Por otro lado, el lupus es una enfermedad autoinmune difícil de detectar y tratar porque puede manifestarse de maneras muy diversas, y con síntomas similares a los de otras dolencias.

Finalmente, no se puede dejar de mencionar los melanomas: en España se diagnostican alrededor de 5.000 nuevos casos cada año, el 40 por ciento diagnosticados antes de los 55 años.