¿Cuál es el mejor momento para cortarnos las uñas? No después de la ducha

Archivo - Mujer cortándose la uñas.
Archivo - Mujer cortándose la uñas. - ANTONIOGUILLEM/ISTOCK - Archivo
Publicado: domingo, 28 agosto 2022 7:59

   MADRID, 28 Ago. (EDIZIONES) -

   En torno al corte de uñas existen muchísimos mitos y un profundo desconocimiento por parte de la población general. Por ejemplo, son muchas las personas que lo hacen justo después de ducharse porque es el momento en el que están más blanditas y, quizá, es más fácil; si bien está totalmente desaconsejado por los expertos.

   En este reportaje de Infosalus pedimos consejo a Verónica Ruiz Martín, presidenta del Colegio Oficial de Podólogos de Canarias, para que nos guíe sobre los mejores momentos para cortarnos las uñas y cómo hacerlo correctamente, también fundamental en su cuidado.

   "Debemos buscar el momento que sea más propicio para poder dedicarle unos minutos de cuidado al pie, sin prisas. Al usar instrumentos de corte si no lo hacemos con calma podemos hacernos daño. Tenemos que buscar un sitio para sentarnos, y tener un buen apoyo del pie, para evitar desestabilizarnos y que se produzcan cortes no deseados, y para que nuestra mano no tenga que hacer un esfuerzo extra", reseña esta especialista como primer paso.

   ¿Crees que te cortas bien las uñas? Dice que, de media, las uñas crecen 0,1 milímetros al día, por lo que cortarlas cada siete o diez días sería lo razonable; si bien aprecia que hay factores que pueden hacer que las uñas crezcan más rápido o más despacio.

   Por ejemplo, advierte de que después de la ducha que están más blandas no se aconseja el corte de uñas porque al estar más blandas son más débiles, y además de esta manera se favorece que se deslaminen (onicosquisis).

UÑAS DE LAS MANOS VS. UÑAS DE LOS PIES

   Esta podóloga reseña igualmente que no crecen al mismo ritmo las uñas de los pies y las de las manos: "Las uñas de los pies tienen un ritmo de crecimiento más lento que las de las manos. Esto se debe a que la circulación es más distal (más alejada del corazón), y también a que el pie está sometido a fuerzas físicas distintas a las de las manos, como la carga del peso corporal, la diferente influencia de la gravedad, o la fuerza reactiva del suelo, así como por el uso de zapatos, entre otros factores".

   A su vez, la presidenta del Colegio Oficial de Podólogos de Canarias resalta que tampoco se deben cortar de la misma manera las uñas de las manos y de los pies y, mientras que en la mano se pueden cortar redondeadas, en el pie insiste en que siempre hay que evitar esto.

   "En el pie hay que cortarlas lo más cuadrado que sea posible. En función de la forma del dedo esto a veces no es fácil: lo importante es respetar las esquinas y no cortar hacia adentro; hay que dejar siempre que asome la uña por encima de la piel para evitar que se entierren", precisa la experta.

HAY QUE INTENTAR HACER EL MENOR NÚMERO DE CORTES

   Así, Verónica Ruiz precisa que, si vamos a usar la tijera para cortarlas, el corte debe ser uniforme y de una sola vez en los dedos pequeños, siguiendo la anatomía del dedo. "De esta manera evitamos cortes en forma de sierra. La uña del dedo gordo no es fácil cortarla de una sola vez, pero debemos intentar hacer el menor número de cortes", aclara.

   A su vez, mantiene que hay que tener cuidado mientras se corta y no pegarse mucho a la piel, para evitar cortar la carne que está debajo de las uñas (lecho ungueal) que, a veces, puede sobresalir un poco por debajo de la lámina.

   En caso de que usemos cortaúñas esta podóloga ve recomendable usar uno grande, para regirnos por el mismo principio que con las tijeras: el menor número de cortes y evitar un corte asimétrico y con picos. "Igualmente, debemos dejar un poco de espacio con la piel para no lesionarnos", subraya.

   En última instancia, la presidenta de los podólogos canarios sostiene que en el caso de que aquellas uñas que presenten engrosamiento o una alteración de la curvatura que las haya vuelto más convexas (forma de pinza o de teja, forma trapezoide...) es conveniente acudir a un profesional de forma periódica, porque con los instrumentos de pedicura caseros es difícil hacer un buen corte y limado del grosor de las uñas.

CASOS ESPECIALES

   "Una visita al profesional de la podología de forma frecuente ayuda a que la uña no se engrose tanto y permita mantenerse más tiempo de forma correcta", resalta Verónica Ruiz, al tiempo que recuerda que las personas mayores también necesitan una revisión periódica en la consulta podológica.

   Recuerda que con la edad aumentan los problemas de visión, se pierde pulso en las manos (pérdida del control motor fino), y también se reduce la flexibilidad de la cadera. Aparte, señala que consecuencia de enfermedades como la diabetes, la insuficiencia vascular, la artrosis u otras patologías reumáticas, que son frecuentes en la población de la tercera edad, así como al envejecimiento de la piel, las uñas sufren alteraciones (distrofias) importantes de carácter irreversible que hacen que crezcan con un grosor mayor (onicogrifosis), sean más opacas, con formas retorcidas, y con tendencia a enclavarse: las conocidas uñas en forma de cuerno de carnero.

   En el caso de bebés, y de los niños, destaca que también hay que tener un cuidado especial a la hora de cortarles las uñas: "En los bebés o niños muy pequeños encontramos que las uñas tienen forma de cuchara, con la convexidad invertida (coiloniquia). Esto es debido a que la uña aún es inmadura y no está lo suficientemente queratinizada. Es incluso peor el exceso que la falta de corte, por lo que no es conveniente cortarles las uñas con demasiada frecuencia".

   De hecho, alerta de que un exceso en estos casos es un motivo frecuente de consulta al podólogo por uñas incarnadas. "Si las uñas son muy frágiles podemos sustituir el corte por un limado suave, que es menos traumático para la lámina ungueal. Y siempre se deben consultar en la clínica podológica las dudas al respecto", agrega.

   Según sostiene Verónica Ruiz Martín, presidenta del Colegio Oficial de Podólogos de Canarias, una uña no tratada a tiempo puede causarnos muchos problemas de dolor e impedirnos realizar una vida normal: trabajo, deporte, complicaciones en el calzado, por ejemplo. "Al final los tratamientos requeridos pueden exigir cirugía, que se hubiera evitado con unas buenas prácticas y, en caso de problemas, con un diagnóstico y tratamiento tempranos. El 90% de las cirugías de uñas son evitables con una atención temprana", concluye esta especialista.