MADRID, 7 Jul. (EDIZIONES) -
Conocernos a nosotros mismos puede beneficiar nuestra salud. Nos puede favorecer en todo, tanto a nivel de salud física, como en el campo emocional, como en la vía psíquica.
El doctor en Psicología y académico de número en la Academia de Psicología de España Javier Urra afirma que las personas somos nuestro carácter y pone un ejemplo: "Si una persona es absolutamente tímida y encerrada en sí misma difícilmente va a tener la posibilidad de socializarse, de hacerse valer, de ser asertiva. Si tiene baja autoestima entrará en cortocircuito antes de plantearse. Por tanto conocerse a sí mismo es esencial mirarse en los ojos del otro".
Para salir de esta situación, Urra ha escrito 'La Triple E. Escala de Estabilidad Emocional' (Aguilar), un libro que puede ayudarnos a la hora de evaluarnos internamente, a conocernos a nosotros mismos, y después a pararnos a reflexionar sobre aquello en lo que podemos mejorar, según confiesa en una entrevista con Infosalus.
Para ello, hace uso de una docena de cuestionarios y de un test autoaplicable que permiten conocer el estado psicológico emocional del lector. El autor aquí define, a través de información técnica, de explicaciones y de conceptos psicológicos, qué es lo que se entiende por ser una persona equilibrada a nivel emocional.
"Este libro da gran importancia al evaluador interno para, en lo posible, transformar en benéfico lo que ocasionalmente genera desencuentros y sufrimiento. Y es que, salvo excepciones, nuestros problemas y frustraciones no son ocasionados por una voluntad ajena y adversa llamada destino", sostiene.
Urra, psicólogo forense en la Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia y Juzgados de Menores de Madrid en excedencia, sostiene que se nace con un temperamento, que no cambia a lo largo de la vida, como sucede con el color de ojos, y luego está el carácter, (el yo y mis circunstancias, que si cambian éstas también tu carácter). Pero Urra advierte de que luego está la personalidad, que ahí es donde se puede cambiar a lo largo de la vida.
Aquí destaca que conocerse a sí mismo es un reto, viene bien, sobre todo en lo que a la "escala de estabilidad emocional" se refiere, el cómo se reacciona ante unas determinadas situaciones, o qué capacidad de resilencia se tiene, por ejemplo.
En su opinión, una persona equilibrada a nivel emocional es aquella que anticipa, que es previsible, que ante situaciones a veces límite tiene serenidad, y una persona que sabe reconvertir la emoción en sentimiento, gracias a la razón.
"El equilibrio supone saber decir que has tenido un problema pero te mantienes estable. El autodominio aquí es fundamental. Debe ser aprendido a lo largo de la psicohistoria de la persona, hay que aprender a relativizar, a ver las prioridades", apostilla.