MADRID, 18 (EUROPA PRESS)
Algunos sentimientos como la ira, la alegría, la ansiedad o la tristeza son estados que afectan a la salud y, como consecuencia, se reflejan en la piel, que es el espejo de nuestra personalidad y de nuestras emociones. Para muchas mujeres sentirse guapa es sinónimo de alegría y, por esta razón, la felicidad se refleja también en la piel.
Una piel sana y radiante ayuda a ser feliz porque guarda relación con la valoración de uno mismo hacia el exterior, esto es, proyecta la imagen que el ser humano tiene de si mismo. Muchas veces ocurre que cualquier problema relacionado con la epidermis puede generar sentimientos como vergüenza en la persona afectada.
De hecho, las reacciones cutáneas como el sudor excesivo, la palidez o las rojeces, son causadas por ansiedad, miedos, angustias o tensiones. Cuando una persona está feliz o enamorada irradia luz, mientras que la piel se vuelve grisácea ante situaciones de depresión o tristeza.
De la misma manera, la salud física también puede reflejarse en la piel. Por ejemplo, se vuelve amarillenta ante una enfermedad del hígado, se enrojece cuando sentimos vergüenza o aparecen signos de expresión y arrugas ante situaciones angustiosas.
Hay muchas formas de orientar nuestras vidas para sentirnos bien y una de ellas es cuidar el rostro a diario, ya que estar a gusto con el aspecto físico influye en la felicidad. "Es una excelente forma de evitar la aparición de los signos de expresión relacionados con las emociones", ha asegurado la experta en belleza de 'Laboratorios Uriage', Aurora Barranger.
CUIDAR LA PIEL PARA SER FELIZ
Con el objetivo de profundizar en los cuidados dermatológicos de la piel, 'Laboratorios Uriage' recuerda la importancia de fomentar hábitos para mantener una piel radiante a través de cinco sencillos pasos:
1.- Limpiar y exfoliar el rostro. La tensión, el estrés y las preocupaciones hacen que nuestro organismo libere toxinas a través de la transpiración provocando que los poros se obstruyan y aparezcan enfermedades cutáneas.
2.- Hidratar la piel. Es fundamental para mantener la elasticidad y y protegerla contra las agresiones externas. Hay que elegir una fórmula que contenga activos naturales y se centre en nutrir, hidratar, proteger y reforzar la epidermis.
3.- Masajear el rostro con esa misma crema hidratante. Estimula la circulación y la regeneración celular, a la vez que favorece el descanso.
4.- Proteger la piel contra el sol. La exposición al sol acelera el envejecimiento cutáneo afectando los niveles de colágeno y resecando la piel. Se recomienda utilizar siempre protector solar de alta protección adaptado a tu piel. Así, además de evitar las quemaduras, ayudas a prevenir el envejecimiento prematuro.
5.- Tener una buena alimentación. Sí es baja en verduras y frutas, influye en el estado de nuestra piel porque proporcionar vitaminas naturales es de vital importancia para que muestre un aspecto saludable.