MADRID, 9 Sep. (EDIZIONES) -
Tanto el acné como las arrugas son dos fenómenos que tienen lugar en nuestra piel en distintas etapas. Ambos son bastantes desagradables para quienes los padecen. Aunque el acné no es tan común como las arrugas, sí que existe una relación entre ambos: Está comprobado que quien ha tenido acné, previsiblemente tenga de mayor menos arrugas.
Las arrugas en torno a los 40 son finas líneas, que se marcan más a partir de los 45, y ya después con la menopausia. En concreto, se ralentizan una serie de funciones en la piel que favorecen la aparición de las arrugas.
Según revela el Instituto de Dermatología Avanzada, el proceso de envejecimiento de la piel se debe al daño que sufren tres proteínas básicas que componen la estructura de la piel (fibrina, elastina, colágeno) debido al paso del tiempo y en función de factores genéticos, ambientales y del propio cuidado personal.
De hecho, resalta que las arrugas son la prueba de que la piel ha perdido las propiedades de estas proteínas. "El proceso de envejecimiento facial es el siguiente: la piel pierde fibrina y capacidad de sostén, con lo que las fibras elásticas se distienden y pierden las propiedades de elasticidad y la capacidad de recuperar su forma original. También la red de colágeno se deteriora por lo que pierde resistencia. Por su parte, los tejidos más profundos como el panículo adiposo pierden volumen y consistencia, provocando así flacidez y el repliegue de la piel", añade.
En una entrevista con Infosalus, el doctor Carlos Morales, dermatólogo en el Grupo de Dermatología Pedro Jaén, así como especialista en el Hospital Ramón y Cajal, señala que sí que puede ser cierto que las personas que hayan padecido acné tengan menos arrugas porque las personas que han pasado por un acné tienen mucha grasa en la cara.
"Esto es porque tienen mucha cantidad de glándulas sebáceas, que son grandes, y pueden actuar como sostén y hacer que las arrugas tarden más en aparecer. Se tiene la piel más gruesa por la cantidad y por el tamaño de las glándulas sebáceas que contienen", afirma.
Mientras, el doctor Luis Pastor, jefe de la Unidad de Dermatología del Hospital Ruber Internacional, sostiene que no necesariamente puede darse esa unión entre ambos factores, si bien considera que las personas que las pieles grasas suelen ser más proclives a padecer acné, y al mismo tiempo responden mejor a las injurias externas, cicatrices, roces, peeling, y en la mayor parte de las ocasiones desarrollan menos o arrugas más suaves.
Por su parte, la doctora Silvia Pérez Gala, jefa del servicio de Dermatología del Hospital La Luz, dice que se ha comentado que los pacientes con acné presentan los signos del envejecimiento de manera más tardía, asociándose este efecto a una mayor secreción sebácea.
"A este respecto, Ribero S y Cols publicaron en una revista dermatológica de alto impacto científico (J Invest Dermatol feb 2017), que los pacientes con acné tenían un retraso en el envejecimiento de sus células que podrían explicar este hecho (con las limitaciones que tienen este tipo de estudios y la necesidad de confirmación en estudios posteriores)", advierte.