MADRID, 7 Ago. (Reuters/EP) -
Un estudio realizado por el Instituto Federal Alemán de Evaluación de Riesgos en Berlín (Alemania), liderado por Andreas Luch, ha puesto de manifiesto el desconocimiento científico y médico que hay sobre los efectos a largo plazo que pueden provocar los tatuajes.
Y es que, tal y como publica la revista 'The Lancet', se sabe que a corto plazo entre el uno y el cinco por ciento de las personas tatuadas sufren una infección bacteriana y, algunas, hasta pueden tener reacciones alérgicas a la tinta.
Las tintas de los tatuajes modernos contienen principalmente pigmentos orgánicos, pero también pueden incluir conservantes y contaminantes como el níquel, arsénico y plomo. Sin embargo, es "muy difícil" medir los efectos a largo plazo que pueden tener las tintas ya que, en la mayoría de los países, están clasificadas como cosméticos, por lo que su toxicología a largo plazo no puede ser probada en animales.
SE INYECTA EN TEJIDO VIVO
"La barrera de la piel mantiene efectivamente los cosméticos en la superficie de fuera, pero la tinta del tatuaje se inyecta en tejido vivo, donde se encuentran los vasos sanguíneos, los nervios y las células inmunes", han recalcado los investigadores.
Dicho esto, los científicos han recordado que cuando se han examinado los cuerpos de personas fallecidas que habían tenido tatuajes, la tinta había desaparecido en un 90 por ciento, aunque han cuestionado el lugar a donde va la tinta cuando desaparece de la piel.
"Los riesgos agudos son bien conocidos, pero los que hay a largo plazo, como la toxicidad de los órganos o cáncer, todavía se desconocen. Ahora bien, no podemos decirle a alguien que no se tatúe, es una decisión individual, pero deben de ser inteligentes al respecto", han zanjado los autores.