MADRID, 13 Dic. (EUROPA PRESS) -
La Navidad propicia estrés y ansiedad, que son las principales causa del bruxismo, según expertos de la Cátedra de Investigación del Sueño de la Universidad de Granada-Grupo Lo Monaco.
Este trastorno consiste en una excesiva presión de los maxilares o un movimiento repetitivo del maxilar produciendo un rechinar de dientes. Este movimiento involuntario no tiene ninguna función y únicamente presenta inconvenientes para la salud de la persona, ya que conlleva a múltiples dolores de cabeza y musculares.
En personas que tienen bruxismo crónico, las crisis más fuertes se dan en momentos en los que la persona está siendo sometida a mayores niveles de estrés, en este caso, las Navidades pueden ser un periodo en el que pueden aumentar dichos niveles debido a los compromisos y responsabilidades, según la cátedra.
Entre las principales repercusiones que este problema puede implicar, constan un mayor desgaste de los dientes, produciendo problemas en los mismos, así como sangrado de las encías. Además de ello, son igualmente frecuentes los dolores cervicales, jaquecas, dolores de cabeza y, también, dolor en los propios dientes.
¿CÓMO DETECTAR EL BRUXISMO?
Un alto porcentaje de los pacientes con bruxismo ejecutan estos movimientos durante el sueño. De forma habitual la persona no es consciente del problema, salvo por dolores musculares o de cabeza que son los que le llevan a buscar ayuda de forma habitual.
En otras ocasiones el problema es detectado por el dentista o informado por la pareja cuando se duerme en compañía puesto que, a menudo, los ruidos del rechinar de dientes son percibidos por los demás.
TRATAMIENTOS DEL BRUXISMO
Entre los tratamientos destacan, el médico, que incluye, además de medicación para los casos en los que la ansiedad sea muy elevada, un protector llamado férula de descarga. Este protector permite que los dientes no suenen ni se desgasten evitando así problemas de dientes y encías. En algunos casos la férula se debe usar para siempre y, en otros, en aquellas situaciones en las que la persona percibe un mayor estrés.
El segundo grupo de tratamientos serían los psicológicos donde destacan las técnicas de relajación previas al sueño con el fin de lograr que el nivel de activación de la persona se reduzca y el descanso sea mejor y con un menor número de movimientos.