MADRID, 9 Ago. (EUROPA PRESS) -
El blanqueamiento dental es uno de los tratamientos médicos que más ha crecido en los últimos años y, según cifras de la compañía ADE Group, la mayoría de intervenciones de este tipo se realizan después del verano.
De hecho, en septiembre de 2015, se llevaron a cabo un 22 por ciento de los tratamientos y las causas de este fenómeno podrían explicarse debido a que la gente descuida su salud durante el verano. Al regresar a la rutina, vuelven a preocuparse por mantener la regularidad que un tratamiento de blanqueamiento requiere.
Los ciudadanos acuden a consulta por el aspecto de sus dientes, que puede degradarse por el paso del tiempo y, también, por el consumo de ciertos productos. Según expertos de ADE Group, la pérdida de color se debe a una razón natural, ya que el tono del esmalte dental va modificándose con el tiempo.
Pero, por otra parte, existen factores externos que también influyen como por ejemplo el consumo de café, té, zumos, vino, frutas como fresas o cerezas, y el tabaco.
FALSOS MITOS SOBRE LOS BLANQUEAMIENTOS
Generalmente, todo el mundo puede someterse a esta intervención salvo las mujeres embarazadas, menores de edad o personas con determinadas alergias. Por ello, primero se realiza un correcto diagnóstico y seguimiento personal para conseguir un resultado óptimo.
El blanqueamiento, como se cree, no provoca sensibilidad dental crónica y, en caso de producirse, el odontólogo se encargará de aportar consejos para hacerla más llevadera. "En caso de padecer periodontitis, mientras la enfermedad sea activa es cierto que no se puede realizar el proceso, pero una vez está estabilizada y controlada, sí es posible llevarlo a cabo", ha señalado la odontóloga de ADE Group, Fulvia Kucharski.
Tampoco es correcta la afirmación de que el blanqueamiento desgasta el esmalte de los dientes porque, aunque el agente blanqueante abre el poro del esmalte durante el periodo de aplicación, este vuelve a cerrarse una vez concluido.
Por último, la durabilidad del blanqueado dependerá de los hábitos y conducta alimentaria del paciente. "La durabilidad del blanco sí puede ser breve y los efectos secundarios en la encía y en lo que a sensibilidad dental se refiere pueden ser graves", ha concluido la experta en referencia al hecho de no llevar a cabo tratamientos no profesionales.