MADRID, 19 May. (EDIZIONES) -
El Botox o toxina botulínica es una neurotoxina que altera la comunicación entre los nervios y los músculos. Hoy es la técnica estética más realizada en todo el mundo. En concreto, se trata de un fármaco que se inyecta en los músculos causantes de las arrugas de expresión.
"A través de la relajación de estos músculos podemos conseguir miradas más descansadas, así como educar la musculatura para prevenir el envejecimiento facial", subraya en 'Lo que tu piel dice de ti' (La Esfera de los Libros) el dermatólogo y director de Clínica Dermatológica Internacional, el doctor Ricardo Ruiz Rodríguez.
Especializado en Dermatología oncológica y estética, este experto ha concedido una entrevista a Infosalus sobre el bótox: "Es el tratamiento ideal para mejorar las arrugas de expresión, como el entrecejo, las patas de gallo y las arrugas de la frente. Suavizamos expresiones para no mostrar la tensión acumulada. La pérdida de volumen, la calidad de la piel, y la flacidez deben tratarse con otras técnicas dermatológicas".
Así, este ponente habitual de la Academia Americana de Dermatología remarca que se debe dejar claro que el bótox contiene "una minúscula parte de la sustancia" que segrega la bacteria del botulismo. "En la inyección no hay absolutamente ninguna bacteria, nada vivo. Lo que contiene es una mínima parte de la proteína de produce esa bacteria, la cual localizamos en un músculo concreto que queremos relajar", precisa.
A su vez, destaca que los efectos del bótox son temporales: "Después de la inyección de Botox, los nervios que están bajo su acción comienzan a ramificarse para crear nuevas uniones entre el nervio y el músculo. Esta reconexión puede tardar varias semanas hasta que en 3 meses el músculo empieza a recibir nuevas órdenes para contraerse".
Al ser un relajante muscular, resalta igualmente que se consiguen 4 efectos cuando se inyecta en un paciente: elimina las arrugas del entrecejo, mejora las patas de gallo, mejora las arrugas de la frente y abre la mirada al elevar las cejas. "Todas estas zonas son visibles si llevamos mascarilla", advierte el dermatólogo.
El doctor Ruiz valora también que el bótox, utilizado en buenas manos, es una técnica "magnífica" para verse mejor y para prevenir arrugas, "educando" y relajando determinados músculos faciales. "La clave está en usarlo en dosis bajas, relajando más que paralizando los músculos, y manteniendo la expresión del paciente", sostiene.
En relación con los rellenos permanentes, el director de Clínica Dermatológica Internacional no los ve con buenos ojos: "En un principio el resultado puede quedar bien, pero el envejecimiento es un proceso dinámico, es decir, nuestra cara cambia con el tiempo. Y en unos años el resultado de ese relleno permanente puede ser grotesco, produciendo unos labios o unos pómulos excesivos. Por ello a nosotros siempre nos gusta usar productos temporales".
UNA TÉCNICA SEGURA
Otro de los puntos sobre los que hace hincapié este dermatólogo es que el bótox es una técnica segura, y en más del 50% de los casos se emplea para fines médicos, como para el tratamiento de migrañas, sudoración excesiva, tics, estrabismo entre otros. "Su uso seguro en niños hace que el tratamiento sea muy utilizado en la edad pediátrica para mejorar movimientos musculares anormales", agrega.
El doctor Ruíz llama la atención igualmente sobre el hecho de que el bótox "previene arrugas" y tiene un efecto preventivo sobre el envejecimiento al "educar" la musculatura facial. Ahora bien, recalca que "cada paciente es distinto" y no todos requieren de la misma técnica de inyección. "La distinta anatomía de cada uno hace que, para conseguir resultados naturales, los sitios de inyección y las dosis deban ajustarse en cada caso. La técnica de inyección en hombres y en mujeres es totalmente diferente. Por ejemplo, la forma de la ceja de la mujer en 'ala de gaviota' es distinta de la forma de la ceja masculina, que es recta y más próxima al párpado", subraya.
QUÉ SUCEDE SI EL BÓTOX SE NOTA
Uno de sus consejos siempre es repetir el tratamiento cada cuatro o seis meses, y ve conveniente anticiparse al fin del efecto, aunque según reconoce el director de la Clínica Dermatológica Internacional se trata de un procedimiento que tiene sus detractores. "Muchos piensan que deja una cara sin expresión y poco natural. Sin embargo, muchas personas de nuestro entorno lo llevan y no nos hemos percatado de ello", apostilla.
Con ello, el dermatólogo mantiene que cuando alguien se da cuenta de que se lleva bótox es que la técnica no se ha realizado correctamente. "Con una buena técnica nadie debe percibir que has sido inyectado", indica. Por eso, enumero los tres signos que delatan que una persona se ha hecho una infiltración de bótox:
1.- Las cejas de 'mala' o de 'mefisto'. Cuando alguien al elevar las cejas éstas le quedan en forma de pico significa que probablemente esa persona lleve bótox. "¿La causa? Al relajar los músculos del entrecejo o de las patas de gallo los músculos de la frente se vuelven más activos y tiran hacia arriba de las cejas, produciendo esa mirada característica. Se puede evitar al relajar también los músculos que están justo encima de las cejas inyectando bótox en esa zona para prevenir esta mirada tan poco natural", indica el experto.
2.- Arrugas en la raíz de la nariz al reír o lo que se conocen como 'bunny lines' o 'arrugas de conejo'. Según explica el doctor Ruiz, tienen lugar porque al relajar los músculos del entrecejo se contraen más los músculos de la nariz, produciendo este gesto característico y poco estético al sonreír que se puede evitar inyectando bótox en la zona de la raíz de la nariz para prevenir estas arrugas.
3.- Falta de expresión en general: "Cuando una persona no puede fruncir el entrecejo ni elevar las cejas ni tiene patas de gallo al sonreír, lleva bótox. Parece que es incapaz de transmitir emociones a través de los gestos faciales; todo debido a una excesiva dosis de bótox, que puede evitarse inyectando la dosis adecuada de bótox que haga que se relajen los músculos pero no que se paralicen".