MADRID 21 May. (EUROPA PRESS) -
Más de tres de cada diez españoles (32,2%) afirman que evitan sonreír porque no les gusta su sonrisa, según el estudio de Sanitas 'La salud bucodental en la era digital: ¿dónde buscamos información y qué nos preocupa?'.
Esta realidad ha llevado a un creciente interés por los tratamientos de diseño de la sonrisa, que no solo buscan mejorar la estética dental, sino también garantizar una buena salud bucodental.
La sonrisa "es una parte fundamental de primera impresión que damos a los demás", explica el psicólogo de Blua de Sanitas, Jorge Buenavida Camarero. Además, en ocasiones "afecta a cómo nos percibimos a nosotros mismos", añade. Una sonrisa "con la que nos sentimos cómodos" no solo facilita las relaciones sociales, sino que también "fortalece nuestra seguridad" en diferentes ámbitos de la vida, desde el personal hasta el profesional, señala Buenavida.
El proceso del diseño de la sonrisa abarca una amplia variedad de tratamientos: Carillas, blanqueamiento dental, ortodoncia, contorneado de encías o implantes dentales.
Sin embargo, cada diseño de sonrisa "es único" porque debe adaptarse "cuidadosamente" a las necesidades específicas de cada paciente, respetando sus facciones, la estructura bucal y sus "expectativas personales", explica la odontóloga del departamento Asistencial, Innovación y Calidad Clínica de Sanitas Dental, Michelle Pawly.
Además, para realizar estos procesos, "es imprescindible" llevar a cabo diagnósticos precisos y completos que permitan definir las condiciones iniciales de cada paciente. Por otro lado, el seguimiento periódico es "crucial" para garantizar resultados duraderos, detectar de forma temprana las posibles complicaciones y ajustar los tratamientos.
"Es cierto que cada tratamiento se adapta a las necesidades específicas de cada paciente, pero es importante tener en cuenta que los dientes y las encías continúan cambiando con el tiempo, incluso después de un diseño de sonrisa", concluye Pawly.