MADRID 24 Jul. (EUROPA PRESS) -
Las vacunas de refuerzo ayudan a evitar que los pacientes con cáncer sean hospitalizados o ingresados en unidades de cuidados intensivos debido a la COVID-19, según un nuevo estudio dirigido por investigadores del Cedars-Sinai (Estados Unidos). Sus hallazgos, publicados en 'JAMA Oncology', ofrecen evidencia práctica que respalda las recomendaciones de vacunación para estos pacientes.
"Los pacientes con cáncer son una población vulnerable", comenta la doctora Jane Figueiredo, directora de Salud Comunitaria e Investigación Poblacional en Cedars-Sinai y autora principal del estudio. "Su sistema inmunitario puede verse debilitado por la enfermedad y los tratamientos que reciben, por lo que las principales organizaciones sanitarias recomiendan que estos pacientes se vacunen contra la COVID-19. Nuestro estudio respalda estas recomendaciones. Utilizamos datos reales de cuatro importantes sistemas de salud de EE. UU. para demostrar que estas vacunas de refuerzo reducen el riesgo de hospitalización y enfermedad grave".
Los investigadores analizaron datos de más de 161.000 pacientes tratados por cáncer durante 2022 y 2023 en Cedars-Sinai, Kaiser Permanente Northern California, Northwell Health y la Administración de Salud de Veteranos de Estados Unidos. Los datos mostraron que las vacunas de refuerzo contra la COVID-19 redujeron las hospitalizaciones y las admisiones en UCI de pacientes con cáncer en un 29% y evitaron una hospitalización o admisión en UCI por cada 150 a 166 pacientes vacunados.
"La reducción de hospitalizaciones fue significativa, y el número de pacientes que tuvimos que tratar para ver un beneficio de las dosis de refuerzo es bastante bajo", aporta Figueiredo, quien también es líder del programa de Prevención y Control del Cáncer en Cedars-Sinai. "Esto demuestra un gran beneficio para nuestros pacientes con cáncer y debería animarlos a hablar sobre la vacunación con sus profesionales de la salud".
Figueiredo señala que, en su muestra, el porcentaje de pacientes que recibían dosis de refuerzo era bastante bajo. Para el 1 de enero de 2022, el 68% había recibido una dosis de refuerzo. Y tras la disponibilidad de dosis de refuerzo actualizadas contra más de una cepa de COVID-19, solo el 38% de los pacientes la había recibido.
"No está claro si esto se debe a la preocupación de los pacientes por la seguridad o a la incertidumbre del profesional sanitario sobre si administrar una vacuna durante el tratamiento", apunta Figueiredo. "Lo que sí está claro es que debemos abogar firmemente por que los grupos vulnerables, incluidos los pacientes con cáncer, reciban estas vacunas".
Figueiredo detalla que la pandemia de COVID-19 fue la primera oportunidad para que los investigadores examinaran datos sobre las vacunas de ARNm y cinco años después todavía hay mucho que aprender sobre la eficacia de estas vacunas en diversas poblaciones.
Su equipo se prepara ahora para publicar datos sobre la efectividad de la vacuna en pacientes con enfermedades autoinmunes y pacientes que se han sometido a trasplantes de órganos sólidos. "Hay varios grupos diferentes cuyos sistemas inmunológicos se han visto afectados de distintas maneras, lo que nos da la oportunidad de ampliar nuestra comprensión de cómo funcionan estas vacunas", concluye Figueiredo.
DOI 10.1001/jamaoncol.2025.2020