MADRID 1 Feb. (EUROPA PRESS) -
Un nuevo estudio realizado por investigadores del Centro Médico Beth Israel Deaconess ha demostardo que la inmunidad celular (o la producción de células inmunitarias protectoras, como las denominadas células asesinas y de memoria) inducida por las actuales vacunas contra la COVID-19 proporciona una sólida protección contra la enfermedad grave causada por las variantes Delta y ómicron.
"Nuestros datos proporcionan un contexto inmunológico para la observación de que las vacunas actuales siguen proporcionando una sólida protección contra la enfermedad grave y la hospitalización debidas a la variante ómicron, a pesar de la reducción sustancial de las respuestas de anticuerpos neutralizantes y el aumento de la infección de ruptura", explica Dan H. Barouch, uno de los líderes de la investigación, que se ha publicado en la revista científica 'Nature'.
Utilizando muestras de 47 personas no infectadas que recibieron las vacunas de Janssen o de Pfizer-BioNTech, Barouch y sus colegas midieron las respuestas de los linfocitos T CD8+ y de los linfocitos T CD4+ a las cepas original, Delta y ómicron del virus del SRAS-CoV-2 al cabo de un mes y después de ocho meses tras la vacunación final. Asimismo, evaluaron las respuestas de los anticuerpos a las variantes al mes y a los ocho meses.
En consonancia con informes anteriores, los científicos observaron un mínimo de anticuerpos neutralizantes específicos de ómicron de reacción cruzada. Por el contrario, los datos del equipo sugieren que las respuestas de las células T CD8+ específicas de ómicron eran más del 80 por ciento de reactividad cruzada con la respuesta de las células T CD8+ a la cepa original del virus.
Del mismo modo, más del 80 por ciento de las células T CD4+ específicas de ómicron demostraron reactividad cruzada, aunque las respuestas podrían variar entre los individuos, señalan los científicos.
"Dado el papel de las células T CD8+ en la eliminación de las infecciones víricas, es probable que la inmunidad celular contribuya sustancialmente a la protección de la vacuna contra la enfermedad grave del SRAS-CoV-2. Esto puede ser especialmente relevante en el caso del ómicron, que evade drásticamente las respuestas de los anticuerpos neutralizantes", afirma Barouch.