MADRID, 21 Abr. (EUROPA PRESS) -
Un estudio financiado por los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos ha confirmado que la vacuna triple vírica contra el sarampión, las paperas y la rubeola no se asocia a un mayor riesgo de trastorno del espectro autista, ni siquiera en aquellos menores cuyos hermanos sufren esta patología.
Así se desprende de los resultados publicados en la revista 'Journal of the American Medical Association' (JAMA), tras un análisis con más de 95.000 menores que niega que esta vacuna tenga un efecto perjudicial en este sentido, tal y como habían sugerido investigaciones previas.
De hecho, hay padres de niños con autismo que siguen atribuyendo este trastorno al uso previo de la vacuna, según han corroborado algunas encuestas, lo que podía animar a otros a no querer proteger a sus hijos con esta vacuna.
En el trabajo se utilizaron diferentes bases de datos para analizar el riesgo de autismo en una amplia muestra de niños que incluía también menores con hermanos mayores con autismo.
De los 95.727 niños incluidos en el estudio, un total de 1.929 (2,01 por ciento) tenían un hermano mayor con autismo. En total, 994 niños (1,04%) de la cohorte fueron diagnosticados con autismo durante el seguimiento del estudio, siendo más frecuentes los casos entre los menores que tenían un hermano mayor con el trastorno: 134 casos (6,9%) frente a 860 (0,9%) en niños sin antecedentes de la enfermedad en la familia.
La tasa de vacunación triple vírica (con al menos una dosis) en los niños sin hermanos con autismo fue del 84 por ciento (78.564) a los 2 años y de hasta el 92 por ciento (86.063) a los 5 años, mientras que en los menores con hermanos autistas fue algo menor (73% a los dos años, un 86% a los cinco años). Sin embargo, en ninguno de los casos se asoció el uso de la vacuna con un mayor riesgo de autismo.
"No se observó ninguna asociación entre la vacunación triple vírica y el aumento del riesgo de autismo, ni tampoco hubo diferencias en función de si recibieron una o dos dosis de la vacuna, ni siquiera en los niños que tenían hermanos con autismo", han precisado los autores.