NUEVA YORK, 6 Abr. (Reuters/EP) -
El uso de la terapia antirretroviral contra el VIH como profilaxis para prevenir nuevos contagios en grupos de riesgo consigue un grado de cumplimiento mejor del esperado, lo que puede favorecer que su eficacia sea mayor, según los resultados de un estudio del Hunter College de la Universidad de Nueva York (Estados Unidos).
En concreto, según los resultados presentados en el Congreso de la Sociedad Americana de Medicina Conductual que se celebra en Washington DC, han visto que a quienes se recomendaba el uso diario de este tratamiento no solían olvidarse de tomarlo.
En el estudio analizaron los datos de más de mil hombres sin VIH que tienen sexo con otros hombres, de los que a un 83 por ciento los médicos habían recomendado el uso de la profilaxis preexposición (PrEP) con el fármaco antirretroviral 'Truvada' (Gilead), autorizado con esta indicación en Estados Unidos desde 2012.
Tras un seguimiento de 90 días, el 42 por ciento aseguró no haberse saltado una dosis en ese periodo y sólo el 6 por ciento se había quedado sin tomar más de dos dosis a la semana.
Unos resultados que según Jeffrey Parsons, profesor de Psicología y autor del estudio, demuestra que están dispuestos a cumplir con el tratamiento ante los beneficios que consiguen, lo que debe servir para aumentar las tasas de prescripción.
"La mayoría de los homosexuales son buenos candidatos pero muchos no han hablado con sus médicos sobre esta opción. Tenemos que promover un diálogo abierto entre los médicos y sus pacientes", ha destacado este experto.
Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, en sus siglas en inglés) en Estados Unidos elaboraron unas guías para determinar quienes eran candidatos a recibir el tratamiento del VIH de forma profiláctica, pero su uso aún es muy desigual.
El Grupo de Estudio del Sida (Gesida) de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC) ha reclamado a las autoridades europeas y al Ministerio de Sanidad que regulen su uso en determinados grupos de riesgo, después de que la evidencia científica haya confirmado que puede reducir hasta un 90 por ciento las posibilidades de contagio.
"Llevamos tres años de retraso", según defendió durante su último congreso el jefe de la Unidad de Enfermedades Infecciosas del Hospital Universitario La Paz de Madrid, José Ramón Arribas, que lamenta que la Agencia Europea del Medicamento (EMA, en sus siglas en inglés) siga sin autorizarla.