MADRID, 13 Nov. (EUROPA PRESS) -
Durante décadas, la anestesia regional —generalmente mediante bloqueo raquídeo o epidural— ha sido la opción predilecta para las cesáreas. Esto no solo responde a preocupaciones médicas sobre los posibles efectos de la anestesia general en los recién nacidos, sino también a un fuerte consenso social: se espera que las madres estén despiertas para vivir el momento exacto del nacimiento, escuchar el primer llanto de su bebé y capturar la escena “perfecta” del parto.
Pero detrás de esta imagen idílica, hay una realidad que pocas veces se comenta. Para algunas mujeres, el dolor durante la cesárea puede ser intenso y difícil de soportar, incluso después de recibir la anestesia regional más avanzada. Historias de madres que luchan por mantenerse conscientes mientras atraviesan un dolor extremo están comenzando a romper el silencio sobre un tema que hasta ahora parecía inamovible. ¿Qué opciones existen cuando el dolor se vuelve insoportable?
"Ninguna paciente debería experimentar dolor durante una cesárea; como anestesiólogo, jamás quiero que nadie se sienta obligada a elegir entre la salud de su bebé y evitar el dolor de la cirugía", plantea el doctor Mark Neuman, catedrático Horatio C. Wood de Anestesiología y autor principal de un estudio que plantea como opción la anestesia general.
EL DEBATE QUE CAMBIA LA FORMA DE DAR A LUZ
La anestesia general puede ser una alternativa razonable durante la cesárea para muchas pacientes, según una nueva investigación de un equipo de la Facultad de Medicina Perelman de la Universidad de Pensilvania (Estados Unidos), que publican en 'Anesthesiology', la revista médica revisada por pares de la Sociedad Americana de Anestesiólogos.
"Dado que la anestesia regional se utiliza tan ampliamente, es común que las pacientes crean que el bloqueo espinal o epidural es la única opción segura para la cesárea. Pero, como demuestra nuestro estudio, el tipo de anestesia durante el embarazo no tiene por qué ser el mismo para todas".
La investigación analizó datos de 30 años procedentes de múltiples ensayos clínicos, comparando los resultados de las cesáreas realizadas con anestesia general frente a anestesia espinal o epidural. De esta forma, el estudio de Penn halló que, si bien los bebés nacidos con anestesia espinal o epidural obtuvieron puntuaciones de Apgar ligeramente superiores -una medida de la salud neonatal- que los nacidos con anestesia general, las diferencias fueron pequeñas y probablemente carecen de relevancia clínica.
Aunque la mayoría de las pacientes obtienen buenos resultados con la anestesia espinal o epidural para la cesárea, estudios recientes muestran que hasta una de cada seis pacientes que reciben anestesia epidural o espinal puede sentir dolor durante la intervención. Estas experiencias pueden ser traumáticas y tener consecuencias emocionales duraderas.
Los hallazgos surgen en un contexto de creciente debate público sobre las experiencias de cesárea. Recientes podcasts y artículos periodísticos han presentado relatos sinceros de pacientes sobre el dolor experimentado durante la anestesia raquídea o epidural.
"Este estudio proporciona a las mujeres información basada en la evidencia sobre el uso de la anestesia general durante la cesárea. El parto es un proceso exigente tanto física como emocionalmente, pero no queremos que las pacientes sientan que no tienen opciones en cuanto a la anestesia para la cesárea", insiste la doctora Sarah Langer, residente de anestesiología en la Facultad de Medicina Perelman en Penn y autora principal del estudio.
LA VERDAD SOBRE LA EPIDURAL Y LA ANESTESIA GENERAL
El estudio reveló que los bebés nacidos con anestesia general tenían una probabilidad ligeramente mayor de necesitar asistencia respiratoria inmediatamente después del nacimiento, pero no se observó un aumento en los ingresos a la UCIN. La investigación no sugiere que la anestesia general deba reemplazar las técnicas regionales, pero puede ser una opción razonable en ciertos casos.
"Para los pacientes que aceptan la anestesia regional, el bloqueo espinal o epidural siguen siendo excelentes opciones de primera elección", enfatiza Neuman. "Pero hablar con los pacientes sobre la anestesia general no tiene por qué ser un tabú. Los pacientes merecen saber que tienen opciones, y nuestro estudio ayuda a proporcionar la evidencia que respalda esas conversaciones".
Los autores señalan que la mayoría de los ensayos incluidos en el análisis se realizaron fuera de Norteamérica, lo que pone de relieve la necesidad de más investigación en Estados Unidos en este campo. También hacen referencia a las barreras históricas que han dificultado el estudio de las mujeres durante el embarazo, lo que ha limitado la disponibilidad de datos sólidos.