MADRID, 10 Abr. (EUROPA PRESS) -
La música y el baile pueden ayudar a las personas con Parkinson a combatir algunos de los síntomas motores de esta enfermedad neurodegenerativa como la rigidez o la lentitud de movimientos, menos conocidos que el clásico temblor.
DÍA MUNDIAL DEL PARKINSON
Con motivo del Día Mundial de la enfermedad que se celebra este sábado, la Federación Española de Parkinson (FEP) ha lanzado la campaña de sensibilización 'Si quieres bailamos. La música nos pone ON', con la que quieren dar a conocer la enfermedad y los síntomas a los que se enfrentan los pacientes.
"A pesar de que se conoce su nombre, no se conocen tanto los síntomas que la caracterizan y la hacen más discapacitante", ha defendido María Gálvez, directora general de la FEP, que explica como estos pacientes, a pesar de estar correctamente diagnosticados y tratados, pueden pasar de tener con los síntomas controlados a un estado de 'Off' en el que se ven afectados por rigidez o bloqueos de movimientos.
Para combatirlos, ha explicado Gálvez, la música y el baile ayudan a superar estas fluctuaciones, ya que favorecen la recuperación de las capacidades motrices, emocionales y cognitivas.
El Parkinson afecta a la coordinación, la fuerza o el equilibrio,y la música y el baile ayuda a salir de esas situaciones de bloqueo y "facilita la distensión corporal".
Asimismo, y dado que estos pacientes tienden a la depresión, la ansiedad o aislarse socialmente, también influye en el estado de ánimo y ayuda a disminuir esa ansiedad, "provocando sensaciones de placer y bienestar".
También resulta positivo para desarrollar capacidades cognitivas como la memoria, el aprendizaje o la atención, cuyo deterioro también afecta a estas personas "a pesar de que no son síntomas que se asocien a la enfermedad", ha explicado Gálvez.
De hecho, con el objetivo de escenificar estos beneficios, a lo largo de todo el mes de abril las asociaciones regionales han organizado más de 40 'flashmob' por toda España en los que, a ritmo de batucada, animan a bailar en favor de esta patología, que afecta a unas 150.000 personas en España.
Para su desarrollo, la FEP ha contado con la colaboración de la compañía biofarmacéutica AbbVie, Bankia, Fundación Montemadrid, Boston Scientific, UCB Pharma y Fundación ONCE.