MADRID, 10 Abr. (EUROPA PRESS) -
La cirugía funcional de Parkinson o estimulación cerebral profunda ha supuesto una puerta de esperanza para aquellos enfermos a los que los fármacos no les aseguraban una estabilidad clínica, según ha afirmado el neurocirujano de Quirón Sagrado Corazón-IENSA, el doctor José Manuel Montero Elena.
Esta intervención consiste en la implantación de dos electrodos en puntos concretos del cerebro, generalmente en ambos núcleos subtalámicos. Esto se lleva a cabo a través de un neuronavegador que ayuda a planificar la cirugía y a localizar los puntos exactos donde se deben colocar los electrodos, que se aplican mediante un trépano en el cráneo y se conectan con un sistema de cables por debajo de la piel hasta un marcapasos o estimulador que se sitúa próximo a la clavícula o en el abdomen.
"La cirugía se realiza con el paciente despierto para garantizar la correcta colocación de los electrodos, para lo que es necesario ver la respuesta a los estímulos del paciente", ha asegurado el doctor Montero.
Además, con motivo del Día Mundial del Parkinson, que se celebra este sábado, el experto ha explicado que a parte de la cirugía, el avance de la ciencia ha llevado a terapias más avanzadas que han supuesto una verdadera revolución en la mejoría de la calidad de vida de los pacientes. Dos de ellas son las infusiones de medicamentos que se aplican a través de una bomba y de forma subcutánea, como la apomorfina, o directamente a duodeno, como la duodopa.