MADRID 3 Mar. (EUROPA PRESS) -
Más de la mitad de los niños con enfermedades reumáticas siguen precisando tratamiento para el control de la actividad de su patología al llegar a la adolescencia y a la edad adulta, lo que, a juicio de los expertos, justifica la necesaria implantación de consultas o unidades de transición, encargadas de facilitar el cambio de un paciente joven con enfermedad crónica a una consulta de adultos.
Así lo ha asegurado la responsable de la Unidad de Reumatología Pediátrica y de Transición del Hospital Universitario Ramón y Cajal (Madrid), Mª Luz Gamir Gamir, y que ha sido una de las coordinadoras del 'Curso de Reumatología Pediátrica', organizado por la Sociedad Española de Reumatología (SER), con la colaboración de Roche.
"Hasta hace pocos años había un importante infradiagnóstico de estas enfermedades reumáticas entre la población infantil. Sin embargo, gracias a la experiencia clínica y asistencial acumulada en las Unidades especializadas, así como al mejor conocimiento de la fisiopatología del proceso inflamatorio y a los avances en el campo de la investigación en genética y en biología molecular, se ha logrado un reconocimiento temprano de la mayoría de estas enfermedades en la práctica clínica, evitando el retraso en el diagnóstico de estos procesos", ha apostillado.
En este sentido, según ha asegurado, gracias a los programas de formación y a las rotaciones de los pediatras y médicos de Atención Primaria por los servicios de Reumatología Pediátrica se ha conseguido que la detección y la derivación de estos pacientes se realicen "sin demora".
DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO PRECOZ, CLAVE PARA LA REMISIÓN
En concreto, se estima que a uno de cada mil niños en España sufre artritis idiopática juvenil (AIJ), la más frecuente de este tipo de enfermedades de naturaleza autoinmune, y que supone una "importante" causa de discapacidad, a corto y largo plazo, si no se trata de forma "precisa y precoz".
Por ello, la experta ha destacado la necesidad de favorecer la detección temprana, con el fin de instaurar lo antes posible un tratamiento adecuado e individualizado que evite "graves" daños y secuelas que se pueden prolongar hasta la edad adulta.
Y es que, se trata de una enfermedad muy heterogénea que se clasifica en siete categorías clínicas, las cuales representan enfermedades diferentes, caracterizadas por distintas formas de presentación, manifestaciones clínicas, marcadores inmuno-genéticos, diferentes formas de evolución, gravedad, morbilidad, pronóstico y tratamientos. Su evolución natural tiende hacia la cronicidad, por lo que el diagnóstico y tratamiento precoz es "primordial" para conseguir la "remisión total sin secuelas".
De hecho, a juicio de Gamir, la mejor atención en las artritis juveniles es realizar un seguimiento "muy estrecho" por el reumatólogo pediátrico en las unidades especializadas multidisciplinares, con protocolos terapéuticos adecuados a cada momento de la evolución de la enfermedad. En algunas formas, prosigue, la exploración oftalmológica reglada es fundamental para el diagnóstico precoz de la uveítis anterior crónica, "grave complicación ocular si no se trata".
Finalmente, la especialista ha aseverado que con la disponibilidad actual de las nuevas terapias y los protocolos terapéuticos se puede minimizar el daño estructural, evitando las secuelas físicas y, por tanto, la discapacidad de los pacientes. De este modo, ha zanjado, el objetivo de todo tratamiento es controlar la actividad inflamatoria y obtener la remisión total sin secuelas.