MADRID 11 Jun. (EUROPA PRESS) -
Cuando se trata de cáncer avanzado o enfermedad de Alzheimer, más de la mitad de los médicos considerarían la muerte asistida para ellos mismos, pero las preferencias parecen variar según la legislación de su jurisdicción sobre la eutanasia, revelan los resultados de una encuesta internacional realizada por la Universidad Libre de Bruselas (Bélgica) y publicada 'Journal of Medical Ethics'.
Además, la mayoría de los encuestados declaró que preferiría el alivio de los síntomas en lugar de un tratamiento de soporte vital para sus propios cuidados al final de su vida, indican las respuestas.
Investigaciones publicadas previamente sugieren que las opiniones de los médicos sobre sus propios cuidados al final de la vida influyen en su práctica clínica y que sus percepciones de los deseos de tratamiento de sus pacientes están influenciadas por sus propias preferencias, señalan los investigadores.
Pero la mayoría de los estudios sobre las preferencias de los médicos sobre las prácticas al final de la vida están desactualizados y/o tienen un enfoque limitado, además de que se sabe poco sobre si los médicos considerarían la muerte asistida para ellos mismos y si esto podría estar influenciado por la legislación nacional o estatal sobre la práctica, señalan los investigadores.
Para arrojar más luz sobre estas cuestiones, los investigadores encuestaron a médicos en ocho jurisdicciones con diferentes leyes y actitudes hacia la muerte asistida: Bélgica; Italia; Canadá; los estados de Oregón, Wisconsin y Georgia en EE. UU.; y los estados de Victoria y Queensland en Australia.
La ley de suicidio asistido por un médico entró en vigor en Oregón en 1997, mientras que la ley de Muerte con Dignidad se ha introducido en Wisconsin en numerosas ocasiones durante los últimos 20 años, pero sigue siendo ilegal. También es ilegal en Georgia, uno de los estados más religiosos de EE. UU. En Canadá, tanto el suicidio asistido por un médico como la eutanasia están permitidos desde 2016.
En Bélgica, la muerte asistida es legal desde 2002, pero sigue siendo ilegal en Italia, uno de los países más religiosos de Europa. El estado australiano de Victoria implementó la legislación sobre muerte asistida en junio de 2019. En Queensland, la legislación sobre muerte asistida se aprobó en 2021, pero aún no había entrado en vigor cuando se recopilaron los datos para este estudio (mayo de 2022 a febrero de 2023).
Se incluyeron dos situaciones hipotéticas para sondear la opinión de los médicos sobre los cuidados paliativos: cáncer avanzado y enfermedad de Alzheimer. Se preguntó a los encuestados hasta qué punto considerarían diversas prácticas para el final de la vida. Estas incluían reanimación cardiopulmonar (RCP), ventilación mecánica, alimentación por sonda, alivio intensivo de los síntomas, sedación paliativa, uso de fármacos disponibles para terminar con la vida, suicidio asistido por un médico y eutanasia.
Se solicitaron respuestas a médicos de familia, médicos de cuidados paliativos y otros especialistas médicos que muy probablemente tratarán a pacientes al final de su vida, como cardiólogos, médicos de urgencias, oncólogos, neurólogos y especialistas en cuidados intensivos.
De las 1408 respuestas recibidas a la encuesta, 1157 se incluyeron en el análisis final. Estas mostraron que los médicos rara vez consideraban las prácticas de soporte vital como una (muy) buena opción en el cáncer y el Alzheimer, respectivamente: RCP 0,5% y 0,2%; ventilación mecánica 0,8% y 0,3%; alimentación por sonda 3,5% y 3,8%.
La mayoría (94% y 91%, respectivamente) consideró que intensificar el alivio de los síntomas era una opción buena o muy buena, mientras que el 59% y el 50%, respectivamente, consideraron que la sedación paliativa era una opción buena o muy buena. Los encuestados que consideraron que la sedación paliativa para la enfermedad de Alzheimer era una opción buena o muy buena oscilaban entre poco más del 39% en Georgia y poco más del 66% en Italia.
Aproximadamente la mitad de los encuestados consideró la eutanasia una (muy) buena opción: poco más del 54 % y el 51,5 %, respectivamente, para el cáncer y la enfermedad de Alzheimer. La proporción de quienes consideraban la eutanasia una (muy) buena opción osciló entre el 38 % en Italia y el 81 % en Bélgica (en el caso del cáncer), y casi el 37,5 % en Georgia, hasta casi el 67,5 % en Bélgica (en el caso de la enfermedad de Alzheimer).
Alrededor de 1 de cada 3 (33,5%) encuestados dijo que consideraría los medicamentos a su disposición para terminar con su propia vida (escenario de cáncer). Si bien el sexo, la edad y la etnicidad no parecieron influir en las preferencias de los médicos sobre las prácticas al final de la vida, la legislación vigente en su jurisdicción sí lo hizo.
Los médicos que trabajaban en una jurisdicción con una opción legal tanto para la eutanasia como para el suicidio asistido por un médico tenían tres veces más probabilidades de considerar la eutanasia como una (muy) buena opción para el cáncer y casi el doble de probabilidades de considerarla una (muy) buena opción para la enfermedad de Alzheimer.
Esto podría deberse a que estos médicos están más familiarizados y cómodos con las prácticas y han observado resultados clínicos positivos. También sugiere que los factores a nivel macro influyen considerablemente en las actitudes y preferencias personales, y que es probable que los médicos se vean influenciados por lo que se considera una práctica "normal" en su propia jurisdicción, afirman los investigadores.
Los médicos de cabecera y otros especialistas eran menos propensos a considerar la sedación paliativa como una opción buena o muy buena que los médicos de cuidados paliativos, y eran más propensos a considerar la eutanasia, el suicidio asistido por un médico y el uso de la medicación disponible para terminar con su propia vida como una opción (muy) buena.
Y los médicos que no eran religiosos eran más propensos a considerar el suicidio asistido por un médico o la eutanasia como una opción preferible que aquellos con una fe firmemente arraigada: suicidio asistido por un médico 65% frente a 38%; eutanasia 72% frente a 40%.
Debido al diseño del estudio y la naturaleza de las encuestas, los resultados no pueden considerarse totalmente representativos, y los médicos con un interés particular en el tema podrían haber tenido mayor probabilidad de participar, reconocen los investigadores. Si bien el reclutamiento general de encuestados fue satisfactorio en todas las jurisdicciones, los médicos de cabecera estuvieron subrepresentados entre los encuestados canadienses.
Pero los investigadores señalan: "Nuestros hallazgos muestran que en todas las jurisdicciones los médicos prefieren en gran medida el alivio intensificado de los síntomas y evitar las técnicas de soporte vital como la RCP, la ventilación mecánica y la alimentación por sonda".
Este hallazgo también podría estar relacionado con la angustia moral que sienten algunos médicos ante la continuación rutinaria del tratamiento de sus pacientes al final de la vida. Estos hallazgos justifican una reflexión sobre la práctica clínica actual, ya que el tratamiento para prolongar la vida aún se utiliza ampliamente para los pacientes, pero los médicos no lo prefieren para sí mismos.
Enlace: https://jme.bmj.com/lookup/doi/10.1136/jme-2024-110192