MADRID, 5 Ago. (EUROPA PRESS) -
La rehabilitación cardíaca basada en ejercicios reduce la gravedad, la frecuencia y la recurrencia de la forma más común de ritmo cardíaco irregular, la fibrilación auricular o FA, según revela un análisis de datos agrupados de las investigaciones disponibles, realizado por la Universidad John Moores de Liverpool (Reino Unido).
Sus hallazgos están disponibles en el ‘British Journal of Sports Medicine’. En los mismos se apunta también que la rehabilitación mejora la capacidad general para hacer ejercicio y la salud mental, sin provocar efectos secundarios graves, muestran los resultados.
La fibrilación auricular (FA) se produce cuando las aurículas (cámaras superiores del corazón) no se contraen correctamente y, en su lugar, se contraen, interrumpiendo las señales eléctricas que llegan a los ventrículos (cámaras inferiores). Los síntomas pueden incluir palpitaciones, dolor torácico, fatiga, mareos y dificultad para respirar. La FA se asocia con un mayor riesgo de accidente cerebrovascular e insuficiencia cardíaca. Se estima que entre 6 y 12 millones de personas la desarrollarán en Estados Unidos para 2050 y casi 18 millones en Europa para 2060, señalan los investigadores.
Si bien el tratamiento actual es efectivo, la capacidad de los pacientes de controlar su enfermedad por sí mismos puede ayudar a retardar la progresión, mantener la capacidad funcional y minimizar el impacto en su calidad de vida, matizan los investigadores.
La rehabilitación cardíaca basada en ejercicios incluye entrenamiento físico junto con gestión personalizada de factores de riesgo del estilo de vida, intervención psicosocial, gestión de riesgos médicos y educación sobre conductas de salud. Se utiliza en pacientes que han sufrido un infarto, han sido diagnosticados con insuficiencia cardíaca o se les ha implantado un ‘stent’ para mejorar el flujo sanguíneo al corazón, explican los investigadores. Sin embargo, no está claro si este tipo de rehabilitación es adecuado para pacientes con FA, por lo que no se ha incluido en las guías internacionales de tratamiento de la FA.
Revisiones sistemáticas previas sobre el tema, publicadas en 2017 y 2018, no aportaron evidencia concluyente sobre sus beneficios más amplios. Sin embargo, desde entonces se han publicado varios ensayos clínicos relevantes, por lo que los investigadores se propusieron actualizar la evidencia. Por ello, los investigadores revisaron bases de datos de investigación en busca de ensayos clínicos aleatorios sobre los efectos de la rehabilitación cardíaca basada en ejercicios en pacientes con FA, publicados hasta marzo de 2024.
De esta forma, encontraron 20 ensayos clínicos relevantes realizados entre 2006 y 2024, en los que participaron 2.039 pacientes, a quienes se les realizó un seguimiento posterior durante un promedio de 11 meses. Diez ensayos se realizaron en Europa, cuatro en Asia, dos en Australia, uno en Brasil, uno en Canadá y uno en Rusia, y uno en varios países. Cinco ensayos evaluaron la rehabilitación integral con ejercicios, que incluyó componentes educativos y/o psicológicos; el resto evaluó solo la rehabilitación con ejercicios.
Las intervenciones de ejercicio duraron de 8 a 24 semanas, con una duración de 1 a 7 sesiones semanales de 15 a 90 minutos. La mayoría de los ensayos incluyeron intervenciones de intensidad moderada, y solo tres analizaron el impacto de la intensidad vigorosa. La mayoría de los ensayos incluyeron únicamente entrenamiento aeróbico, aunque seis incluyeron rehabilitación cardíaca tanto aeróbica como de resistencia.
El análisis de datos agrupados de los resultados mostró que este tipo de rehabilitación no afectó los riesgos relativos de muerte por cualquier causa (8% frente a 6% en el grupo de comparación) ni los efectos secundarios graves (3% frente a 4%). Pero, en comparación con los de los grupos de comparación, redujo la gravedad de los síntomas en un 39%, la frecuencia y la duración de los episodios de FA en un 43% y un 42%, respectivamente, y el riesgo de recurrencia en un 32%.
MEJORA LA CAPACIDAD DE EJERCICIO
También mejoró significativamente la capacidad de ejercicio, medida mediante la ingesta máxima de oxígeno. Las puntuaciones del componente mental de un cuestionario de calidad de vida relacionada con la salud también mejoraron significativamente, aunque no así el componente físico. Los efectos fueron consistentes, independientemente del tipo de FA, la "dosis" de rehabilitación, las características del paciente o el método de administración.
Los investigadores reconocen algunas limitaciones en sus hallazgos. Varios ensayos carecían de información metodológica clave, y eran pocos los que informaban sobre los resultados principales de interés. La mayoría de los ensayos eran relativamente pequeños y tenían un período de seguimiento corto. El número de muertes y efectos secundarios graves notificados fue bajo, lo que redujo considerablemente la capacidad de detectar con fiabilidad cualquier efecto real. Además, la mayoría de los participantes eran hombres.
A pesar de estas advertencias, los investigadores sugieren: “Si bien las mejoras en los factores de riesgo cardiovascular tradicionales probablemente representen una proporción sustancial del beneficio, mecanismos adicionales pueden incidir directamente en la carga y la recurrencia de la FA. El entrenamiento físico promueve una remodelación auricular favorable, incluida la reducción de la rigidez y la fibrosis auricular, lo que puede ayudar a limitar [las condiciones favorables para la FA], aunque se necesita más investigación”.
Añaden: “Se sabe que el entrenamiento físico tiene beneficios psicológicos, incluida la reducción de la ansiedad y la depresión, que son frecuentes en personas con FA y pueden exacerbar la percepción de los síntomas”.
Y concluyen: “En conjunto, estas adaptaciones brindan mecanismos plausibles a través de los cuales [la rehabilitación basada en ejercicios] no solo favorece la salud cardiovascular y el bienestar general, sino que también brinda beneficios específicos para la FA, incluyendo reducciones en la recurrencia de la FA después del tratamiento y mejoras en la carga y la gravedad de la FA autoinformadas. Las pautas de manejo de la FA deben reflejar esta base de evidencia actualizada al recomendar [rehabilitación cardíaca basada en ejercicios] junto con terapias farmacológicas y de ablación para pacientes con FA”.