MADRID 20 Oct. (EUROPA PRESS) -
La ONG Médicos Sin Fronteras (MSF) ha hecho balance de la respuesta a la epidemia del cólera en Haití, un año después de que se detectasen los primeros casos, y ha denunciado que tanto los servicios de salud como las medidas de prevención actuales siguen sin ser adecuados para frenar los contagios.
El coordinador general de la organización en Haití, Romain Gitenet, ha asegurado en un comunicado que "las autoridades haitianas y la ayuda internacional deben hacer mucho más para tratar y prevenir el cólera", habida cuenta de que la enfermedad sigue causando muertes.
Desde la detección de los primeros casos en octubre de 2010, más de 465.000 personas han contraído la enfermedad y 6.500 de ellas han muerto, según datos del Ministerio de Salud haitiano. La estación de lluvias iniciada este mes ha favorecido la aparición de nuevos enfermos.
Gitenet ha reclamado una mejora de la atención sanitaria, del acceso al agua potable y de las condiciones de saneamiento. "Agua limpia y saneamiento adecuado son imprescindibles para detener la propagación del cólera", ha subrayado el representante de MSF, una organización que ha tratado a más de 160.000 pacientes, un 35 por ciento del total, desde el inicio de los contagios.
"A pesar de las grandes sumas de dinero de la comunidad internacional en apoyo a Haití, miles de haitianos siguen enfermando de cólera cada semana y algunos siguen muriendo", ha lamentado Gitenet. MSF ha denunciado que algunas organizaciones internacionales que contribuyen con atención médica y servicios de agua y saneamiento han cesado en su respuesta.
La ONG ha indicado que el Gobierno de Haití todavía no ha establecido mecanismos eficaces a nivel nacional para atajar el cólera y que, mientras las acciones coordinadas con la comunidad internacional se limitan a afrontar necesidades urgentes de atención, quedan sin cubrir una reforma de las estructuras de salud y la puesta en marcha de planes de prevención.
El coordinador de MSF en el país caribeño ha admitido, no obstante, que lo prioritario sigue siendo salvar vidas, ya que los enfermos "siguen muriendo por deshidratación en zonas remotas del país porque no hay centros de rehidratación o de tratamiento cerca o por falta de personal de salud formado y de trabajadores de salud comunitarios". "Es algo inaceptable", ha reprochado.