MADRID, 16 Ene. (EUROPA PRESS) -
Investigadores de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), en colaboración con el Centro Nacional de Selección y Reproducción Animal de Ciudad Real, han desarrollado un método pionero que detecta y cuantifica, de forma conjunta, hasta nueve antibióticos de la familia lactámicos en la leche de oveja.
Y es que, en la cría y explotación de ganado es muy habitual utilizar antibióticos que pueden llegar hasta la leche de oveja consumida por el ser humano y que si superan las dosis recomendadas por la Unión Europea pueden afectar de forma "negativa" al organismo.
"Los antibióticos lactámicos, entre los que se encuentra la penicilina, constituyen la familia más numerosa de los antimicrobianos que se prescriben tanto en medicina como en veterinaria para tratar enfermedades infecciosas, debido a su escasa toxicidad y amplio espectro", ha explicado la investigadora de Ciencias Analíticas de la UNED y autora principal de la investigación, Rosa María Garcinuño.
El método, publicado en la revista 'Food Chemistry', se basa en una primera desproteinización de la muestra seguida de un proceso de extracción en fase sólida. Para su validación, los investigadores utilizaron muestras de leche procedentes de ovejas de raza manchega a las que no se les había administrado ningún antibiótico, y que fueron dopadas con concentraciones conocidas de los antibióticos objeto de estudio.
Así, mediante técnicas analíticas de separación y detección, los científicos pudieron averiguar si la concentración superaba los límites máximos de residuos establecidos por la Unión Europea que, dependiendo del antibiótico, pueden variar entre los 4 y 50 microgramos por kilogramo de leche. "Por su rapidez, puede ser empleado como método de análisis de rutina en las industrias lácteas", ha señalado Garcinuño.
Dicho esto, la experta ha avisado de que consumir leche o productos animales que contienen residuos de antibióticos puede producir los mismos efectos perjudiciales que si se tomara de forma directa una dosis equivalente sin prescripción médica.
"Aunque los efectos tóxicos son poco probables porque los residuos están presentes en pequeñas cantidades, pueden producir reacciones alérgicas en individuos sensibles", ha apostillado Garcinuño para informar de que otro efecto "peligroso", desde el punto de vista sanitario, es que la persona que ingiere estos productos con residuos puede desarrollar resistencias bacterianas.
Asimismo, en el terreno agroalimentario, la presencia excesiva de antibióticos también resulta perjudicial, debido a que, en la leche, provoca fermentaciones anormales, al inhibir el crecimiento de los microorganismos que se necesitan para fabricar el queso o el yogur.
Este tipo de fármacos se usan en veterinaria con una finalidad terapéutica y, también, de forma profiláctica, es decir, para prevenir enfermedades en animales sanos. Además, hasta hace unos años, se empleaban para acelerar su crecimiento, práctica que la Unión Europea prohibió en 2005 debido a los riesgos que suponía mantener microorganismos resistentes.