Actualizado: jueves, 25 julio 2013 14:11

"La incertidumbre es lo peor para los familiares", ya que "una vez que sabes la realidad, puedes empezar a afrontarla"

MADRID, 25 Jul. (EUROPA PRESS) -

Ante una catástrofe, una tragedia o un accidente de la dimensión del ocurrido este miércoles en Santiago de Compostela, donde el descarrilamiento de un tren ha provocado la muerte a al menos 78 personas y más de 20 heridos en estado crítico, la intervención psicológica se convierte en clave para familiares de fallecidos, heridos leves, servicios de emergencia e incluso testigos, que en los próximos días se verán afectado por la negación, la ira, el dolor y la aceptación, un proceso común en el duelo que, de no poder afrontarlo, se convertirá en patológico obstaculizando su vida.

"El duelo patológico es lo que hay que intentar que no se produzca, porque interrumpe la vida normal, la gente se queda anclada, no puede seguir con su vida", ha explicado a Europa Press presidente del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid (COPM), Fernando Chacón, quien destaca que para evitarlo "la primera intervención psicológica es fundamental".

Este es el trabajo que están desarrollando desde la primera hora del accidente sobre los cuatro grupos que se han visto afectados, de algún u otro modo. No obstante, recuerda que no todas las personas ante una misma tragedia tienen la misma reacción, y, por tanto, manifiesta que la intervención psicólogo dependerá de la capacidad de aceptación de la persona.

De los grupos afectados, los heridos no son los primeros en ser atendidos psicologicamente, estos necesitan asistencia física y recuperarse, por lo tanto "en un primer momento no son prioritarios, aunque se pueden dar casos particulares, pero sería una fase posterior", y dependerá mucho de las secuelas físicas que tengan y de si han perdido a un familiar en el accidente.

En un segundo grupo incluye a los testigos, personas que viven cerca del siniestro y pasajeros que ilesos; hay que tenerlos en cuenta porque ya se sabe que muchos han participado activamente en las labores de rescate. En estos casos, se encuentran con un nivel de excitación muy alto y, afirma, "la intervención con ellos es preventiva", porque a la larga se pueden ver inmersos en una situación de "estrés postraumático que le afecte en su día a día.

"El estrés postraumático no aparece de manera inmediata, está oculto en el nivel de activación, un proceso que suele ocultar la dureza de las imágenes que han vivido", sin embargo, suele dar la cara una semana después, y se reconoce porque no se puede evitar que se produzcan 'flashback' mentales del accidente, además suele ser difícil conciliar el sueño.

Por eso, Chacón, que trabajo activamente en la labores de atención a las víctimas tras los atentados de 11-M en Madrid, hace un llamamiento a estas personas para que en unos días, sobre todo aquellos a los que "les vengan imágenes del accidente a la mente de forma repetida y automática, que pidan asistencia porque "si no se trata y dura en el tiempo puede generar un estrés postraumático a largo plazo".

En un tercer grupo, se encontraría el personal social que interviene como son los bomberos, la policía o los sanitarios. En este caso, recuerda, se trata de un personal preparado para responder en este tipo de catástrofes, aunque pueden verse desbordados y necesitar asistencia psicológica.

En estos casos, ante "una sobrecarga excesiva" recomienda la ventilación de emocional o 'debriefing' que "consiste en sacar los que se ha vivido después del trabajo, expresar sus emociones, airear las ventanas del alma, siendo lógico que lloren, porque si dejan de comentarlo puede provocar mutismo selectivo".

LA INCERTIDUMBRE, LO PEOR PARA EL FAMILIAR

Los familiares, sobre todo aquellos que aún no saben que ocurre con su ser querido, son los que menos pueden avanzar en un proceso de duelo normal. "La incertidumbre es lo peor que pueden tener los familiares", ya que "una vez que sabes la realidad, por dura que sea ya puedes empezar a afrontarla".

Mientras, afirma el experto, "la incertidumbre crea un estado de ansiedad extremo, esa incertidumbre que provoca el estado de ansiedad", por ello el trabajo de los psicólogos consistirá en reducir los niveles de activación y el acompañamiento.

Si se confirma el fallecimiento, los familiares comienzan el proceso de duelo. Aquí, aclara, "no todas las personas incluso en estas situaciones catastróficas necesitan intención psicológica", pero recuerda que "una muerte imprevista por un accidente siempre es más difícil de superar que una muerte que sabes que va a ocurrir, donde te puedes despedir".

"El duelo en los accidentes es muchos más difícil porque no te has podido despedir de la personas y no te has preparado psicológicamente", por eso indica que es indispensable poner a disposición de estas personas acompañamiento psicológico, "ofreciéndoselo no obligando".

"ALERTA PARA INTERVENIR"

Ante el estrés postraumático, "hay que estar alerta para intervenir cuanto antes para que dure menos el proceso y no se genere tanto sufrimiento", afirma Chacón, y, si finalmente no se puede afrontar lo ocurrido y desencadena en un duelo patológico hay dos tipos de intervenciones cognitivas que ayudarán a superarlo. Por un lado, "hay que hacerle entender que la vida no acaba ahí, la vida sigue", una realidad que suele ser más facial de entender a aquellos que no han perdido a nadie o que, aunque sí tienen un familiar entre los fallecidos, deben ocuparse de sus hijos.

Por otra parte, hay que trabajar la ansiedad del paciente, para ellos es necesaria una reestructuración cognitiva, que "ayuda "ha bajar la ansiedad que provoca estar continuamente reactualizando lo ocurrido"; asimismo, es clave contar lo ocurrido, verbalizar los sentimientos, sin embargo, "aunque, al principio al principio es bueno con el paso del tiempo estar constantemente recordándolo crea malestar.