España no contribuye al Fondo Mundial de lucha contra sida, la tuberculosis y la malaria desde 2011

Lazo rojo Sida
Reuters
Actualizado: jueves, 30 noviembre 2017 11:51

MADRID, 30 Nov. (EUROPA PRESS) -

Han pasado siete años desde la última aportación del Gobierno al Fondo Mundial de lucha contra sida, la tuberculosis y la malaria, según denuncia, con motivo de la semana del Día Internacional del sida, la campaña 'Nadie', promovida por Salud por Derecho y apoyada por organizaciones de todo el mundo, y que viene a demostrar que esta situación se ha convertido en una tendencia en gobiernos de todo el mundo.

A través de un nuevo informe la organización advierte de que la financiación para la lucha contra el sida está en su nivel más bajo desde 2010. "Una de las consecuencias es la disminución o la retirada de la ayuda internacional de los países que pasan a ser de renta media, donde vive entre el 60 y el 70 por ciento de las personas con VIH", muestra el informe.

"El fin de estos recursos pone en peligro las actividades de muchas organizaciones sociales que cubren servicios esenciales de prevención, y sobre las que recae el trabajo legislativo para defender los derechos humanos de estas poblaciones. Tendrán que limitar o cerrar sus programas si el gobierno local no asegura su continuidad", señala Vanessa López, directora de Salud por Derecho.

En el caso concreto de España, desde la creación del Fondo Mundial, ha sido uno de los principales contribuyentes al Fondo Mundial con una contribución total de 693 millones de dólares entre 2003 y 2010. Sin embargo, denuncia, "es de los países que ha recortado de forma drástica su financiación para el sida".

No obstante, existe un acuerdo parlamentario para que aporte 100 millones de euros, y este miércoles anunciaba un acuerdo para condonar las deudas de Camerún, la República Democrática del Congo y Etiopía a cambio de inversiones en programas nacionales de salud financiados por el Fondo Mundial.

Este acuerdo, firmado en el marco de la iniciativa Debt2Health del Fondo Mundial, permitirá a Camerún, la República Democrática del Congo y Etiopía invertir un total de 15,5 millones de euros de sus recursos nacionales en la lucha contra el sida, la tuberculosis y la malaria y fortalecer los sistemas de salud.

LA RENTA LASTRA LA DONACIÓN

Los países donantes y organismos de cooperación y financiación internacional están centrando sus prioridades en los países de rentas más bajas, bajo la premisa de que los países de rentas medias pueden asumir la lucha contra el sida con sus propios recursos. "Pero esto no siempre es así, y puede echar por tierra los grandes avances conseguidos en las últimas décadas", aclara López.

En su opinión, "las decisiones de financiación basadas en la renta no tienen en cuenta otros factores determinantes como la capacidad técnica, la voluntad política de los gobiernos a la hora de aplicar recursos y políticas adecuadas para abordar el sida, o la situación política y legislativa de las poblaciones más vulnerables", añade.

Esta problemática afecta sobre todo a regiones con mayoría de países de renta media como Europa del Este y Asia Central, donde las nuevas infecciones aumentaron un 60% entre 2010 y 2015, coincidiendo con la retirada de fondos internacionales. Y amenaza ahora a América Latina y el Caribe, donde algunos países comienzan a sufrir la retirada de la ayuda.

Por este motivo, la campaña 'Nadie' pide a gobiernos de todo el mundo que no desaparezcan de la lucha contra el sida. "Queremos conseguir que todos cumplan su papel en la lucha contra el sida. Si los Gobiernos desaparecen, si los donantes desaparecen, si la sociedad civil desaparece, no podremos acabar con el sida. Es una responsabilidad compartida por todos: nadie puede desaparecer", concluye López.

Por un lado, pide a los países donantes y organismos internacionales, como el Fondo Mundial, que establezcan una ayuda coherente basada en nuevas realidades y en la justicia social, que apoyen a la sociedad civil como eje fundamental de la respuesta y que los procesos de salida de los países vayan acompañados de transiciones responsables, asegurando que los gobiernos asumirán su responsabilidad y cumplirán con los derechos humanos de toda su población, especialmente a las poblaciones más vulnerables que viven con VIH.

Por otro lado, pide a los gobiernos de América Latina y Caribe un incremento en los presupuestos de salud y lucha contra el sida; un apoyo mayor a las organizaciones sociales para que puedan seguir desarrollando su trabajo de prevención y atención a las poblaciones más vulnerables; y una legislación que proteja los derechos humanos de su ciudadanía, eliminando el estigma y la criminalización, y garantizando a todas las personas el acceso a la salud y a los medicamentos.