MADRID, 24 Jul. (EUROPA PRESS) -
El presidente de Visión y Vida, Salvador Alsina, pide al Gobierno que la compra de lentillas u otros equipamientos ópticos por Internet requiera la presentación de una receta o prescripción médica de menos de un año de antigüedad firmada por un profesional de la visión.
Así lo ha exigido en declaraciones a Europa Press después de que en una respuesta parlamentaria el Ejecutivo ha reconocido que no se oponen a la venta 'on-line' de estos productos ya que los usuarios ya conocen previamente su graduación porque un facultativo la ha valorado con anterioridad.
Alsina ha aclarado que desde su fundación tampoco rechazan dichas ventas pero sí exigen al Gobierno que imponga "medidas de control" como ya sucede en otros países como Reino Unido, ya que a su juicio "es la única manera que concebimos para asegurarnos de que el usuarios está realizando sus revisiones visuales periódicas".
De hecho, recuerda que actualmente solo el 40 por ciento de la población revisa anualmente su visión y existen más de 6 millones de potenciales usuarios de equipamientos ópticos, lo que significa que el 58 por ciento restante "conducen con sus equipamientos mal graduados" con el riesgo que esto conlleva.
"Si no exigimos el control de un profesional para la venta 'on-line' de equipamientos ópticos, estamos poniendo en riesgo la salud visual del ciudadano", ha alertado el presidente de Visión y Vida.
Además, denuncian que durante estos últimos años se está generalizando el uso de las gafas premontadas como solución para la presbicia, cuando "no es el equipamiento que corrige este defecto visual". Además, según datos del Libro Blanco 2013, menos de 300.000, de los 7 millones de gafas premontadas vendidas al año en España (4,3% de la venta) se realiza por el canal óptico.
"Esto conlleva que el consumidor se auto prescriba, comprando aquellas gafas que les dan más aumento, buscando erróneamente un efecto lupa, sin tener en cuenta sus especificaciones visuales", alerta.
Por ello, según defienden, es imprescindible enseñar al ciudadano que "una gafa es un producto sanitario, por lo que debe utilizarse con la supervisión del especialista" ya que la automedicación o auto prescripción conlleva ciertos peligros para su salud.