MADRID, 2 Abr. (Reuters/EP) -
Este martes se ha anunciado la detección de cuatro casos más de la nueva cepa de gripe aviar en China, concretamente en la provincia de Jiangsu, los cuales se suman a los dos fallecidos por esta causa y a la mujer que continúa en estado crítico.
Así lo han desvelado las autoridades de este país asiático, tal y como recoge la agencia de noticias china Xinhua, que señalan que esta cepa de gripe aviar era "hasta ahora desconocida". De hecho, la Organización Mundial de la Salud aseguró este lunes que no existe evidencia de que ésta, la H7N9, pueda transmitirse entre las personas.
Sin embargo, cuatro personas acaban de ser diagnosticadas y puestas bajo tratamiento de urgencia debido a su estado crítico. Éstas tienen edades comprendidas entre los 32 y los 83 años de edad, y sólo una de ellas, una mujer de 45 años, ha trabajado en un mercado de sacrificio de aves de corral, según expone el portal 'chinanews.com'.
Por su parte, el Gobierno de China manifiesta que este virus "no es contagioso" y expone que los síntomas que han padecido las personas afectadas son "mareos, fiebre, tos y falta de aliento". Además, señala que las 43 personas que han estado en contacto con los siete ciudadanos infectados están bajo prescripción médica, a pesar de que "no han desarrollado ninguno de estos síntomas".
En cuanto a la población del país oriental, ésta se muestra preocupada, ya que muchas relacionan este brote con los cerdos muertos encontrados en ríos cerca de la ciudad china de Shanghai. Además, y aunque la OMS asegura que el Ejecutivo chino ha actuado correctamente, algunos ciudadanos se han quejado de que las autoridades han tardado "demasiado tiempo" antes de anunciar la muerte del último fallecido.
En este sentido, el director general del Centro Municipal para el Control de Enfermedades de Shanghai, el doctor Wu Fan, sostiene que las autoridades han actuado tan rápido "como les ha sido posible". En la misma línea se muestra el profesor de Virología de la Universidad de Reading (Reino Unido), el doctor Ian Jones, que señala que "no hay motivo para la alarma".