MADRID, 26 Ene. (EUROPA PRESS) -
Un total de 28 organizaciones europeas de salud ambiental han enviado este miércoles una carta abierta a la Comisión Europea para pedir que tome medidas restrictivas en toda la Unión Europea (UE) sobre la presencia de una serie de sustancias tóxicas en pañales de bebé de un solo uso.
Las organizaciones firmantes de la misiva, entre las que se encuentra la española Hogar sin tóxicos, recuerdan a la Comisión que está obligada a "tener en cuenta la vulnerabilidad particular de los recién nacidos y niños pequeños que esta importante restricción pretende proteger".
La carta, dirigida específicamente a la Comisaria Europea de Salud y Seguridad Alimentaria, Stella Kyriakides, y a los comisarios de Mercado Interior y de Medio Ambiente, busca dar apoyo a una iniciativa de la Agencia francesa para la Seguridad y Salud Alimentaria, Medioambiental y Ocupacional (ANSES) que, en 2020, presentó una propuesta fundada para restringir en toda la UE un grupo de sustancias extremadamente peligrosas en estos productos.
En concreto, ANSES aportó pruebas de que muchos pañales pueden contener numerosas sustancias tóxicas, entre ellas, algunas con serios perfiles de peligrosidad, tales como hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAP), policlorodibenzo-p-dioxinas (dioxinas o PCDD), policlorodibenzofuranos (furanos o PCDF), policlorobifenilos (PCB) y/o formaldehído, para las que pide una restricción muy exigente de su presencia.
Tal y como recoge ANSES en su informe, un niño puede necesitar unos 4.000 pañales en sus primeros años. Por lo tanto, la posible presencia de sustancias tóxicas en estos productos podría llevar a que millones de niños europeos se expusieran a ellas durante varios años de forma ininterrumpida.
El informe francés describe que la exposición a largo plazo a estos químicos está asociada al cáncer, daño al sistema reproductivo y efectos hepáticos, inmunológicos, neurológicos, metabólicos y endocrinos, que a veces pueden manifestarse más adelante en la vida. Por otro lado, el informe apunta que no se puede descartar la posibilidad de una exposición acumulativa a través de varias vías que aumente los riesgos.
LOS NIÑOS SON MÁS SENSIBLES A LOS TÓXICOS
El director de Hogar sin Tóxicos, Carlos de Prada, subraya que "los niños son prioritarios en relación a los posibles efectos de las sustancias tóxicas, ya que tienen una mayor vulnerabilidad que los adultos por una serie de razones concretas como estar en desarrollo, tener una piel más permeable y sensible o la inmadurez de sus sistemas de eliminación de tóxicos".
Por ello, continúa, "es esencial reducir, en la medida de lo posible, su exposición a una serie de sustancias preocupantes, como las que puedan entrar en contacto con su piel".
Para Dorota Napierska, de Zero Waste Europe, entidad que encabeza la iniciativa junto a European Environmental Bureau (EEB), Health and Environment Alliance (HEAL) y Client Earth, "todos los consumidores tienen derecho a productos seguros y sin tóxicos". Así, añade que "las posibles sustancias químicas tóxicas presentes en estos productos deben ser reguladas urgentemente por la UE".
"Diversas entidades europeas que trabajan en el ámbito de la salud ambiental estamos preocupados acerca de cuál pueda ser la decisión de la Comisión Europea, en vista de la pésima postura mostrada por la Agencia Europea de Sustancias Químicas (ECHA), que se ha venido oponiendo repetidamente a la propuesta francesa, restando importancia a los riesgos", añade De Prada.
CRÍTICAS A LA ACTUACIÓN DE LA ECHA
Tal y como se denuncia en la carta dirigida a la Comisión, los Comités de Evaluación de Riesgos de la ECHA conceden "un peso excesivo a las afirmaciones de la propia industria", a pesar de no basarse en adecuados estudios epidemiológicos y sobre la transferencia y absorción de los tóxicos a través de la piel de los bebés, mientras apenas se prestaba atención a los potentes datos científicos del informe francés.
En la carta también se llama la atención sobre la contradicción de la ECHA que, por un lado, reconoce que la presencia de las sustancias tóxicas en los pañales puede representar un riesgo y admite que lo mejor sería reducir o eliminar su presencia, pero, por otro lado, decide no apoyar la propuesta francesa, alegando la existencia de algunas incertidumbres.
Las entidades que suscriben la carta afirman que "las incertidumbres existentes no deben utilizarse para desacreditar la restricción, sino más bien para apoyarla en el objetivo de una mayor protección de la salud", sobre todo cuando se está hablando de un grupo de población "especialmente vulnerable".
Se discuten también en la carta abierta los argumentos de la industria considerados por la ECHA acerca de que la presencia de algunos tóxicos (como las dioxinas, entre otros) no se deba a los procesos de producción, como el blanqueo de la pulpa, sino a una pretendida "contaminación de fondo inevitable".
Por ejemplo, aunque muchos productores europeos de pulpa de celulosa han mejorado sus procesos, una parte importante de la que se utiliza en Europa para fabricar pañales, tampones, toallas higiénicas y otros artículos procede de Estados Unidos, donde no se cuida tanto la cuestión.
Por último, las organizaciones firmantes recuerdan a la Comisión Europea que la Estrategia de la UE sobre productos químicos para la sostenibilidad marca que se deben fabricar productos libres de sustancias químicas nocivas.