Trastornos de la alimentación: ¿Cómo identificarlos en los adolescentes?

Anorexia, Bulimia, trastornos de la alimentación
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Actualizado: sábado, 28 marzo 2015 8:28

MADRID, 28 Mar. (INFOSALUS) -

El número de casos de trastornos de la conducta alimentaria entre los más jóvenes se ha mantenido estable en los últimos años, la gran diferencia es que ha mejorado su detección precoz y la forma en la que se abordan en la clínica.

Según explica a Infosalus el doctor José Casas Rivero, pediatra y responsable de la Unidad de Medicina de la Adolescencia del Hospital Universitario La Paz de la Comunidad de Madrid, cada vez hay más conciencia entre la sociedad y el ámbito médico sobre la existencia de estos trastornos de la alimentación entre los más jóvenes, algo que podría considerarse una pandemia dado el elevado número de casos que existe en esta franja de edad.

Casas Rivero apunta que estos casos podrían alcanzar al 4% de esta población adolescente cuando se trata de casos con algún grado de afectación, un porcentaje que se reduciría al 1% para aquellos con la enfermedad establecida.

"Si se diagnostica a tiempo y los cuadros están incompletos el tratamiento puede prolongarse de 6 meses a 1 año pero si la enfermedad está instaurada pueden pasar entre dos y cuatro años hasta que podemos dar el alta al paciente", señala el pediatra de La Paz.

Un 15% de los pacientes tratados en esta Unidad del hospital madrileño sufren un trastorno de la conducta alimentaria, cuyas formas más comunes son la anorexia y la bulimia pero también existen cuadros intermedios que no cumplen los criterios clásicos como el trastorno por atracón, las conductas restrictivas o la preocupación excesiva por el ejercicio, todas ellas variedades de este tipo de trastornos que pueden pasar desapercibidos en los menores y ocasionar un diagnóstico más tardío.

Las chicas son las principales afectadas por este tipo de trastornos, con una proporción de 1 varón por cada diez féminas que los sufren, en el que el eje central gira entorno a una imagen corporal no deseada que lleva a restringir alimentos para, en el caso de la anorexia, ir perdiendo peso de forma progresiva y sin límite, dado que nunca se consigue satisfacción con la pérdida de kilos. "En los cuadros menos visibles se pierde peso pero el simple hecho de volver a ganarlo crea verdadero miedo entre las jóvenes", señala Casas.

Las chicas que sufren bulimia no son capaces de restringir los alimentos y pasan por atracones tras los que realizan conductas compensatorias para intentar contrarrestarlos como vomitar, tomar laxantes o realizar ejercicio físico de forma excesiva. Su peso suele ser normal o incluso estar por encima de lo que debiera y pueden llegar a poner en peligro su vida al inducir el vómito.

INDICIOS PARA IDENTIFICAR A TIEMPO EL TRASTORNO

El doctor Casas Rivero señala a Infosalus tres aspectos que pueden ser motivo de consulta a un especialista y estar asociado a un trastorno de la conducta alimentaria:

* Excesivo interés por el control del aspecto físico y por lo que los jóvenes pueden denominar una alimentación 'sana' o comer 'sano', que da lugar a conductas de restricción en la alimentación.

* Cambios en el carácter: cualquier cambio en la personalidad del menor que llame la atención y se observe fuera de lo habitual puede ser un indicio de que algo no va bien.

* Realizar ejercicio físico de forma excesiva.

"En estos casos lo mejor es consultar cuanto antes para evitar que se desarrolle por completo el cuadro", señala el pediatra que añade que, aunque pueden presentarse a cualquier edad, es alrededor de los 14 años y más tarde, sobre los 18 o 19 años cuando existe una mayor fragilidad en los menores en este sentido.

Casas Rivero apunta que el punto de partida es que los padres acepten que existe un problema y que es una enfermedad y que deben dejarse guiar por los profesionales que saben cómo abordar el trastorno.

"En ocasiones resulta un gran paso la vuelta a las rutinas normales, a los horarios para comer y dormir y el hecho de que los padres vuelvan a hacerse cargo del cuidado de sus hijos para progresivamente ir proporcionándoles la autonomía que necesitarán como adultos", concluye el especialista.