MADRID, 19 Oct. (EUROPA PRESS) -
Cuanto más grandes sean las zonas verdes en las ciudades, mayor es el bienestar de los ciudadanos, según ha demostrado una nueva investigación publicada por investigadores del Instituto Tecnológico de Karlsruhe (Alemania) en la revista científica 'Nature Neuroscience'.
Además, los investigadores han evidenciado que las personas que más se beneficiaron de estas zonas verdes tenían una actividad reducida en la corteza prefrontal dorsolateral. Esta región del cerebro tiene una función de control central en el procesamiento de emociones negativas y experiencias ambientales estresantes.
"Estos resultados sugieren que las áreas verdes son particularmente importantes para las personas con una capacidad reducida para la autorregulación de las emociones negativas. Esto significa que las áreas verdes distribuidas uniformemente en la ciudad podrían desarrollar un gran potencial para prevenir enfermedades psíquicas", explica Andreas Meyer-Lindenberg, uno de los responsables de la investigación.
Estudios anteriores ya han demostrado que las personas que crecen y viven en la ciudad reaccionan de manera diferente al estrés que los residentes rurales, y tienen un riesgo mucho mayor de desarrollar depresiones, esquizofrenia y trastornos de ansiedad. Estos estudios se han publicado en un momento en que la urbanización está progresando rápidamente. Según Naciones Unidas, actualmente viven más personas en las ciudades que en las zonas rurales. Se estima que en 2050 alrededor de dos tercios de la población mundial vivirán en ciudades.
En este nuevo estudio, se pidió a 33 ciudadanos de entre 18 y 28 años que viven en urbes que evaluaran su estado de ánimo con teléfonos inteligentes especialmente equipados unas nueve veces al día durante una semana. Durante este período, los participantes continuaron con sus rutinas diarias normales. Posteriormente, se determinó la proporción de áreas verdes en su barrio a partir de fotografías aéreas de alta resolución y con la ayuda de métodos de geoinformación.
En situaciones en las que estaban rodeados de más áreas verdes en la ciudad, los participantes resultaron tener un mayor bienestar. En un segundo paso, se pidió a otros 52 adultos jóvenes que evaluaran su estado de ánimo de la misma manera. Después de la fase de evaluación de siete días, estos participantes fueron examinados por resonancia magnética funcional (fMRI). Este método se utiliza para representar ciertas funciones cerebrales.
Además, el equipo recopiló datos de los sensores sobre las actividades físicas de las personas de prueba en la vida diaria, así como datos meteorológicos. Estos datos se evaluaron luego mediante modelos estadísticos de varios niveles. "Con nuestros métodos, fue posible averiguar si la exposición a áreas verdes en las ciudades cambia directamente el bienestar de las personas", explica otro de los autores, Markus Reichert.