MADRID, 12 Sep. (EDIZIONES) -
Es fundamental que alguien se sienta seguro tenga la edad que tenga. Para poder entender por qué es necesario que una persona mayor se sienta seguro es muy útil el modelo de 'retrogénesis', por el que las personas mayores 'vuelven a ser como niños', es decir, por el que su cerebro vuelve a funcionar como el de un niño.
"Se produce un desarrollo a la inversa y puede ayudar a entenderlo. El niño necesita sentirse seguro, alguien que le proteja, y esto es aplicable a todas las personas mayores", subraya en una entrevista con Infosalus Javier Olazarán, neurólogo y miembro del Comité Científico de la Fundación Maria Wolff.
Aunque todo depende de la persona, hay una gran variabilidad individual y hay personas más temerosas que otras. "Esto es hasta bueno que lo sea, porque si no lo es, es que esa persona no es consciente de sus limitaciones y esto puede deberse a una enfermedad. Lo ideal es que personas ancianas vivan en entornos familiares, rodeados de otras personas que les quieran y les valoren. Siempre es mejor con la familia, pero no necesariamente tiene que ser así, también con personas que les conozcan, les valoren y les cuiden", añade el especialista.
A su juicio, hay que lograr un equilibrio entre el medio protésico o aquel que les da seguridad, con el terapéutico, el que intenta que los ancianos sean autónomos e independientes, ya que una persona mayor no tiene por qué perder facultades. "Para ello, tenemos que ser capaces en cada caso de evaluar las capacidades de la persona mayor, y facilitar las actividades que sí son capaces de hacer, además de fomentarlas para que mantengan su autonomía", apostilla Olazarán.
Según insiste, lo ideal es que estén con personas que les cuiden y les ayuden pero, si esa persona es autónoma y está en plenas facultades, igual sólo necesitará una supervisión puntual. Por ejemplo, una ayuda dos o tres veces por semana para limpiar la cocina, o hacer la compra.
EL CASO DE LA DEMENCIA
En este punto, el experto llama la atención sobre las personas ancianas con demencia, y que son totalmente dependientes. El neurólogo de la Fundación Maria Wolff precisa que estos necesitarían a alguien las 24 horas del día, es decir, a más de una persona al día, y encima si presentan problemas de conducta, de agitación o de agresividad, advierte de que en estos casos el cuidado en casa es muy complicado, por lo que lo aconsejable, en su opinión, sería acudir a un entorno residencial muchas veces.
"Hay que ver en qué situación física y neurológica se encuentra el anciano, ver los recursos de la persona y de la familia, para poder asesorarle de forma que, en la medida de lo posible, la persona mayor esté rodeada de personas de su familia, que le cuiden, valoren y quieran, y si no se puede por lo que sea, que esté con personas que le cuiden y le conozcan dentro de una residencia", agrega.
EL PAPEL DE LA TELEASISTENCIA
Así con todo, el neurólogo destaca el papel de la teleasistencia, "muy útil para personas que están aceptablemente bien desde el punto de vista mental, y no están mal desde el punto de vista físico". Olazarán opina que puede tratarse de una herramienta que aporte mucha seguridad a la persona mayor, el hecho de llevar colgado un dispositivo que con sólo apretar un botón ya tienes a un especialista que te va a atender y, además, rápidamente.
Por otro lado, dice que la teleasistencia es útil también para las personas que cuidan a un familiar con demencia por si ocurriera algún accidente. Sin embargo, advierte de que para una persona con deterioro cognitivo avanzado no sirve porque no van a saber qué les ha pasado, explicarle, o simplemente para qué sirve ese botón.
"A veces se dan situaciones tremendas, y ancianos con un estado cognitivo o físico muy deteriorado tienen que cuidar a su cónyuge, que se encuentra con una demencia aún más avanzada. Es importante no desprestigiar a nuestras personas mayores y sí valorarlas y tenerlas en cuenta, además de cuidarlas", resalta el experto.
La Fundación Maria Wolff es una institución que promueve la investigación clínica en las demencias, como por ejemplo la enfermedad de Alzheimer, en todas sus manifestaciones. El objetivo de la Fundación es facilitar a los afectados, sus cuidadores directos y a los profesionales las mejores técnicas disponibles en el panorama internacional para mejorar la calidad de vida de las personas con demencia.