MADRID 16 Ene. (EUROPA PRESS) -
Un nuevo estudio dirigido por un investigador de la Facultad de Salud Pública y Profesiones de la Salud de la Universidad de Florida (Estados Unidos) encuentra que las personas con inflamación crónica que viven en la pobreza tienen más del doble de riesgo de morir por enfermedades cardíacas y casi el triple de riesgo de morir de cáncer en los próximos 15 años. Los hallazgos se basan en datos que representan a 95 millones de estadounidenses de 40 años o más y aparecen en la revista 'Frontiers in Medicine'.
Si bien se sabe que la inflamación crónica y la pobreza aumentan el riesgo de mortalidad, cuando se combinan, los dos factores parecen tener un efecto sinérgico, produciendo un mayor aumento en el riesgo que si los efectos individuales de los dos factores simplemente se sumaran, apuntan los autores del estudio. Para el estudio de la Universidad de Florida (UF), los investigadores evaluaron datos del Servicio Nacional de Salud y Nutrición.
"Existe mucha evidencia de que la inflamación crónica puede provocar enfermedades", aclara el autor principal Arch Mainous III, profesor del departamento de investigación, gestión y políticas de servicios de salud de la Facultad de Salud Pública y Ciencias de la Salud de la UF. "Nos interesamos en la posible interacción de la inflamación crónica con la pobreza, que tiende a aumentar la inflamación por sí misma a través de factores como el estrés crónico. Descubrimos que la pobreza y los altos niveles de inflamación actúan sinérgicamente, dando a las personas con ambos factores básicamente un doble golpe. Hace que tengan muchas más probabilidades de morir y en un período de tiempo relativamente corto, sólo 15 años".
Las personas que vivían con inflamación crónica y pobreza tenían un riesgo 127% mayor de morir por enfermedades cardíacas y un riesgo 196% mayor de morir por cáncer. Las personas que vivían con inflamación crónica o pobreza, pero no ambos factores, tenían alrededor de un 50% de aumento en el riesgo de mortalidad durante el mismo período.
"Es hora de ir más allá de documentar los problemas de salud que la inflamación puede causar y tratar de solucionarlos", agrega Mainous. De esta forma, los hallazgos del estudio resaltan la necesidad de realizar exámenes rutinarios de inflamación crónica en poblaciones vulnerables para limitar lo que, en muchos casos, son muertes evitables.