Vivir sin dolor de espalda

Mujer con dolor de espalda
Foto: GETTY
Actualizado: miércoles, 18 marzo 2015 11:52

MADRID, 22 Jul. (Infosalus/EP) -

   Cuando los ancestros de la especie humana comenzaron a caminar sobre las piernas abrieron la vía a uno de los dolores más comunes de la humanidad: el dolor de espaldas. Estar de pie nos obliga a tener la espalda erguida y las emociones podrían jugar un papel más importante de lo que pensamos en la salud de esta parte de nuestra anatomía.

   Según explica a Infosalus la doctora María Isabel Heraso, autora de 'Vivir bien sin dolor de espalda' (Salsa Books, 2014) el dolor de espalda procede de la bipedestación ya que estar de pie fuerza al ser humano a tener la espalda erguida.

   Las emociones son, para Heraso, el principal origen de los problemas de espalda. "Ante cualquier situación emocional difícil la espalda sufre contracturas que conllevan un acortamiento de los músculos y una afectación de vértebras y costillas que dan lugar finalmente a una modificación de la postura ideal".

   Según apunta Heraso, jefa de servicio de la Unidad del Dolor del Hospital San Francisco de Asís de Madrid, el dolor se puede definir como sufrimiento e implica a la situación anímica de la persona. "Si la persona es feliz no hay preocupación por el dolor", señala Heraso.

   Para la especialista se puede hablar de un 'triángulo del dolor' en el que intervienen las alteraciones del ánimo (desánimo, animosidad), la mente (pensamientos tóxicos: ansiedad, miedo o estrés) y físicas (dolor y enfermedad) que lleva a una combinación física y emocional.

   "No se puede tratar sólo la punta del iceberg, que es el dolor, hay que tratar a la persona de forma global, hay que tratar en profundidad sus alteraciones del ánimo y los pensamientos tóxicos que están produciendo estas alteraciones físicas", afirma Heraso.

   En los dolores de espalda, añade la especialista, suelen intervenir tres orígenes: contracturas, ligamentos posteriores del sacro y problemas de cadera. "Cada dolor tiene su significado en la vida", asevera Heraso para quien los ligamentos posteriores están muy asociados al miedo, las contracturas se deben a una sobrecarga de responsabilidades que no nos corresponden y los problemas de cadera suelen asociarse con una decepción en la vida.

   La doctora explica que en muchas ocasiones los grandes dolores de espalda, que incluso pueden causar inmovilidad, son desproporcionados en relación a su origen, como en el caso de las contracturas, y que pueden tener un tratamiento sencillo y muy alejado del quirófano.

CUANDO EL DOLOR DE ESPALDA COMIENZA A APARECER

   La doctora Heraso señala a Infosalus los aspectos más importantes a tener en cuenta cuando el dolor de espalda empieza a hacer acto de presencia en nuestras vidas:

1. Aunque sea un dolor leve o una pequeña lumbalgia no hay que dejarlo pasar: si no se solucionan las causas que lo han motivado el dolor seguirá presentándose y probablemente empeorará, considera la especialista. Para Heraso, por regla general se acude a la consulta del médico cuando el dolor ya es fuerte y se espera que la solución esté en los fármacos o en una posible operación. Según explica la autora, las estadísticas muestran que sólo el 40% de los que pasan por el quirófano solucionan su problema y el otro 60% no resolverá su problema y deberá en muchos casos volver a operarse y convivir con las molestias derivadas de la operación.

2. Entender el dolor como una llamada de atención ante posibles problemas: el cuerpo emplea un lenguaje no verbal para avisarnos de que algo no va bien en nuestras vidas, apunta la doctora. Para Heraso, hemos de tomar conciencia de que es posible controlar el dolor y que depende de nosotros en primer lugar.

3. Es saludable realizar un autoanálisis profundo: el estrés en la vida personal y laboral y los desajustes emocionales pasan factura, apunta la doctora. Heraso considera que hay que evaluar nuestro sistema de valores y considerar si lo socialmente aceptable puede no ser sano para nuestra mente y nuestro cuerpo.

4. Buscar el diagnóstico diferencial: Heraso recomienda acudir en un principio a un fisioterapeuta o a un osteópata antes que acudir a la consulta de un traumatólogo o un neurocirujano. Si existe una tensión emocional, también aconseja aliviar en un primer momento estas posibles situaciones de ansiedad, angustias y miedo como una forma de aliviar el dolor físico.

5. Realizar ejercicio físico: aunque no todo el mundo puede hacer natación, uno de los deportes más beneficiosos para la espalda, explica Heraso, sí existen ejercicios que nos pueden ayudar. Realizar ejercicio significa preocuparnos de nuestro cuerpo y no olvidarnos de él hasta que existen problemas, apunta la doctora, que señala que no estamos educados para buscar el origen de nuestros males sino para solucionar puntualmente el malestar con fármacos.

6. Resistirse a la operación: según señala la doctora Heraso, una vez que se pasa por la operación se puede generar fibrosis postquirúrgica por la cicatrización interior y aparecer un nuevo tipo de dolor.