MADRID, 5 Ago. (EUROPA PRESS) -
Muchas personas desconocen que sus niveles de vitamina D pueden estar bajos incluso en verano, afirma la especialista en Medicina Interna y E-Health Medical Manager de Cigna Healthcare España, Daniela Silva.
En este sentido, la experta recomienda aprovechar los días largos de verano para exponerse al sol "de forma responsable", es decir, durante las primeras horas del día o al final de la tarde, evitando la exposición prolongada entre las 12 y las 17h, y teniendo en cuenta factores como la edad o determinadas patologías. "Por ello, conviene adoptar un enfoque personalizado, basado en la prevención y la evaluación médica", añade.
Aunque en verano la exposición solar suele ser mayor, mantener niveles adecuados de esta vitamina "puede verse comprometido por múltiples factores", señala Silva. Entre ellos, destacan el envejecimiento de la piel, síndromes de malabsorción y un excesivo uso de protección solar. Personas con piel más oscura también tienen mayor dificultad para obtener niveles adecuados ya que cuanto más oscura sea la piel, menor capacidad de síntesis cutánea de vitamina D.
Asimismo, las personas con obesidad o exceso de grasa corporal tendrán mayor dificultad manteniendo niveles adecuados en sangre, afirma la experta. Esto ocurre debido a que la vitamina D es liposoluble, es decir, se deposita en la grasa y se distribuye en una mayor cantidad de tejido corporal, reduciendo niveles sanguíneos.
Además, el consumo elevado de alcohol y ciertos tratamientos farmacológicos, como los antiepilépticos, glucocorticoides o inmunosupresores, pueden alterar la capacidad de absorción de esta sustancia a nivel intestinal.
La Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV) advierte que una cantidad insuficiente de esta vitamina puede obligar al organismo a obtener el calcio necesario a partir de sus propias reservas óseas, favoreciendo la desmineralización. Así, niveles bajos podrían asociarse con un mayor riesgo de padecer patologías relacionadas con la osteoporosis, enfermedades cardiovasculares, trastornos metabólicos o inmunitarios, entre otros.
Sin embargo, Según la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), un 40% de los españoles presenta déficit de vitamina D, especialmente las personas mayores.
CONSEJOS DE EXPERTOS PARA PREVENIR LA DEFICIENCIA DE VITAMINA D
Para ayudar a prevenir la deficiencia de vitamina D, los expertos de Cigna Healthcare recomiendan adoptar algunas prácticas como la exposición breve y regular al sol, especialmente en horas de menor intensidad podría favorecer la síntesis cutánea de vitamina D sin incrementar el riesgo de daño solar. Así, actividades como caminar, montar en bicicleta o hacer ejercicio al aire libre durante esos intervalos también pueden contribuir a este proceso de forma segura. No obstante, los expertos recuerdan que la fotoprotección es "muy importante" para evitar el daño dérmico.
Por otro lado, una dieta que incorpore fuentes naturales de vitamina D, como pescados grasos (como el salmón y la caballa), huevos, setas expuestas a UV y productos lácteos enriquecidos podría contribuir a aumentar la ingesta de esta vitamina. Sin embargo, generalmente, la cantidad de vitamina D que se obtiene solo con la comida "no es suficiente" para cubrir las necesidades diarias.
Asimismo, el consumo elevado y frecuente de alcohol puede interferir en la absorción y el metabolismo de la vitamina D, lo que podría disminuir su eficacia en el organismo. Esto, a su vez, puede afectar negativamente a la salud ósea y muscular, ya que la vitamina D es fundamental para estos sistemas. Por lo tanto, moderar la ingesta de alcohol no solo puede favorecer un mejor aprovechamiento de esta vitamina, sino que también contribuye a mantener un estado general de salud más equilibrado, ayudando a prevenir problemas asociados como la fragilidad ósea o las caídas, especialmente en personas con riesgo de déficit de vitamina D.
Igualmente, la suplementación con vitamina D puede ser útil en casos de déficit diagnosticado, pero su uso indiscriminado no está exento de riesgos. La vitamina D interviene en múltiples funciones del organismo, por lo que unos niveles excesivos podrían resultar contraproducentes. Un exceso puede incrementar la concentración de calcio en sangre, favoreciendo la aparición de depósitos en órganos como los riñones, el corazón o los pulmones.
Por último, los expertos señalan que, para las personas mayores o con patologías crónicas, la capacidad de sintetizar vitamina D disminuye, por lo que es importante realizar controles médicos periódicos. Además, deben cuidar la salud digestiva para asegurar una correcta absorción. En adultos sanos, además de seguir hábitos saludables, es clave estar atentos a factores como el estrés o ciertos tratamientos médicos que pueden afectar el metabolismo de la vitamina D.