MADRID 5 Jul. (EUROPA PRESS) -
Una investigación de varias instituciones, incluido el Centro Nacional de Investigación de Primates de California en la Universidad de California (UC) Davis, en Estados Unidos, sugiere que más mujeres podrían estar perdiendo sus embarazos por culpa del virus del Zika sin saber que están infectadas.
El estudio, publicado este lunes en 'Nature Medicine', encontró que el 26 por ciento de los primates no humanos infectados con el Zika durante las primeras etapas del embarazo experimentaron aborto espontáneo o muerte fetal a pesar de que los animales mostraron pocos signos de infección.
"Estas tasas de pérdidas fetales y mortinatos en monos preñados infectados con el Zika eran aproximadamente cuatro veces superiores a las que normalmente se observan en las poblaciones de monos no expuestos en estos centros de investigación --dice el autor del estudio, Koen Van Rompay, científico principal del Centro Nacional de Investigación de Primates de California--. Muchos de los tejidos fetales y placentarios tenían evidencia de replicación del virus del Zika y también lesiones patológicas, lo que respalda aún más el papel del virus del Zika en este resultado perjudicial".
La investigación previa sobre el Zika solo midió los abortos espontáneos y los fetos muertos en mujeres que mostraban signos o síntomas del virus. Un estudio reciente de mujeres que se sabía que estaban infectadas con el Zika reveló que el 5 por ciento no llegaba a término o tenía un bebé muerto.
"Existen limitaciones para los estudios en humanos, que se basan en infecciones sintomáticas --dice el autor principal del estudio, Dawn Dudley, científico en el Departamento de Patología y Medicina de Laboratorio de la Universidad de Wisconsin-Madison--. Las mujeres se matriculan en los estudios porque presentan síntomas del Zika, pero sabemos que hasta la mitad de las personas que tienen el Zika no muestran ningún síntoma. Por lo tanto, es probable que a los análisis sobre el embarazo les falte la mitad de las personas que tienen el Zika".
DISFUNCIÓN PLACENTARIA
El virus del Zika es ampliamente conocido por provocar que los niños nazcan con una anormalidad cerebral llamada microencefalia y otras malformaciones. La enfermedad del virus del Zika en adultos humanos incluye fiebre, erupción cutánea, dolor de cabeza, dolor en las articulaciones y los músculos, así como ojos rojos; sin embargo, la mayoría son asintomáticos.
"Para las mujeres embarazadas que viven en áreas donde prevalece el virus del Zika y que pueden experimentar abortos espontáneos, el posible vínculo con la infección por el virus del Zika puede pasarse por alto --afirma la coautora del artículo Lark Coffey, arboviróloga de la UC Davis--. Nuestros datos en monos indican que se necesita más investigación para que los científicos puedan desarrollar estrategias de intervención para proteger a las mujeres embarazadas y sus fetos del virus del Zika".
Los datos de investigación se aportaron de seis Centros Nacionales de Investigación de Primates (NPRC, por sus siglas en inglés), donde los investigadores tienen la capacidad de controlar el momento y el método de infección de una manera que no pueden quienes estudian las infecciones.
Los investigadores monitorizaron monos preñados --macacos rhesus en los NPRCs de California, Oregón, Tulane y Wisconsin, monos comunes en el NPRC del suroeste, y macacos pigtail en el NPRC de Washington-- para seguir el progreso del virus del Zika en los cuerpos y en sus fetos y los tejidos que respaldan el desarrollo fetal. En otro estudio reciente, Van Rompay, Coffey y sus colegas mostraron que la infección de monos macacos rhesus con el virus del Zika en el útero causó un daño cerebral similar al que se observa en los recién nacidos humanos.
Los autores encontraron que el momento de la infección es un importante predictor de pérdida fetal. La exposición durante el primer trimestre del embarazo tuvo más probabilidades de causar muerte fetal, un hallazgo que se asemeja a los informes sobre humanos. Otro hallazgo del trabajo fue la disfunción placentaria, que comúnmente se presentó en forma de aumento de la calcificación placentaria durante los exámenes de ultrasonido.