Violencia de genero y salud mental: estas son las 5 señales de una relación de maltrato

Archivo - Mujer muestra palma con la inscripción en la palma "Stop"
Archivo - Mujer muestra palma con la inscripción en la palma "Stop" - SERGHEI TURCANU/ ISTOCK - Archivo
Publicado: viernes, 25 noviembre 2022 8:23

ARTÍCULO 7 NOVIEMBRE 2022

   A juicio de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la violencia de género constituye un grave problema de salud pública y una violación de los derechos humanos, al tiempo que advierte de que puede afectar de forma negativa no solo a la esfera física de la persona, a su salud física, sino también a su salud mental, reproductiva o sexual, entre otros ámbitos.

   Hoy, 25 de noviembre, se celebra el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, aunque la violencia de género sucede tanto en hombres como en mujeres, si bien el sexo femenino suele ser el más afectado en estos casos. En lo que va de año, casi 40 mujeres han sido asesinadas en nuestro país por causa de la violencia de género.

   Es por ello por lo que es imprescindible detectar a tiempo los primeros indicios de si estamos en una relación de maltrato, o si alguien a nuestro alrededor lo está. Es algo que no se puede consentir y que es nuestro deber erradicar.

   Por ello, desde la esfera de la salud mental, charlamos en Infosalus con la psicóloga Elisabeth Clapés, quien precisamente acaba de publicar 'Querida yo: tenemos que hablar' (Montena), un libro que puede ayudar en este sentido, pero también donde trabajar como podemos sentirnos en general y mejorar cuidándonos.

   Dice que a las mujeres la violencia de género suele hacerles sentir pequeñas y menos capaces y más dependientes, afecta a la parte más vulnerable de la persona. Cuenta que las relaciones de violencia de género hay mucha dependencia emocional porque al ser maltrato hay una manipulación detrás que dificulta muchísimo que la víctima salga de la relación, el maltrato psicológico dificulta el salir.

   "Luego, además, estas relaciones tienen un factor adictivo. Sabes que te hacen daño, pero no puedes dejar las distancias porque hay una adicción detrás. Pero no es adicción al maltrato sino una dependencia emocional que se siente parecido. De hecho, cuando dejas a un maltratador pasas por un síndrome de abstinencia. Le puedes echar de menos al maltratador porque es una persona que ha formado parte de ti de forma muy intensa y profunda, te ha invalidado. Por tanto, desvincularte es muy difícil. Son como un parásito y por eso también es muy difícil", describe esta psicóloga.

SIGNOS DE UNA RELACIÓN DE MALTRATO

   En cuanto a qué es una relación de maltrato desde el plano psicológico, Clapés señala que lo típico sería que te mire el móvil, te aleja de tu entorno, te humilla, por ejemplo: "Como no siempre es tan evidente hago énfasis en la necesidad de sentarnos a escucharnos a nosotras mismas cómo nos hace sentir esa persona y cómo ha cambiado nuestra vida desde que esa persona está en ella".

   Dice que en estos casos lo que vemos es que, de repente, te has alejado de muchas personas, hay cosas prohibidas, ya no tienes total libertad, ni siquiera tu forma de ser, han cambiado muchas cosas. "Siempre les digo a mis pacientes: tú si miras tu vida antes y después de esa relación, ¿cómo ves que has cambiado?, y se dan cuenta de que no son las mismas, no son igual de libres. Si la respuesta es peor, ahí hay un problema".

   Además, concreta 5 señales de que una persona puede encontrarse en una relación de maltrato:

    1.- No sientes total libertad a la hora de expresar tu opinión o descontento por miedo a la reacción del maltratador.

    2.- La relación te genera ansiedad y se dan grandes altibajos a nivel emocional; es decir, hay momentos donde 'estamos muy bien', mientras que otros son muy dramáticos y dolorosos; repitiéndose el 'ciclo de la violencia': 'tensión - conflicto - luna de miel'.

    3.- Evitas contar a tus seres queridos cómo te trata esta persona porque sabes cómo puede verse desde fuera.

    4.- Te sientes invalidada constantemente, la otra persona te hace sentir inadecuada y responsable de sus reacciones desproporcionadas.

    Vives con miedo y hay momentos donde conectas con la idea de salir de esta relación, pero no te sientes capaz de vivir sin esa persona y conectas con la posibilidad de que algo pueda cambiar si tú te portas mejor.

   Por otro lado, Elisabeth Clapés advierte de que cualquier persona podemos ser víctimas de una relación de maltrato, y subraya que la persona que está casi libre de ser maltratada es alguien que ya lo ha vivido y aprende a detectarlo a tiempo.

   Sí que es verdad que considera que las personas con el 'síndrome del salvador' tienen más papeletas para acabar con alguien que se engancha a ellos a modo parásito; las personas con mucha empatía que yan han sufrido relaciones de maltrato anteriormente, y que se han criado en familias en las que han sufrido maltrato y han normalizado esas relaciones.

   "Cuando ya lo has vivido y normalizado no te huele raro cuando te vuelve a aparecer. Cuando realmente está curado es cuando has salido de esa relación, lo has identificado y trabajado, y entonces aprendes a detectarlo a tiempo y a alejarte", subraya esta psicóloga.

POR QUÉ LOS LÍMITES SON TAN IMPORTANTES EN UNA RELACIÓN SANA

   Por otro lado, Clapés recuerda que es importante establecer una serie de límites en las relaciones para que estas sean sanas y esto conlleva el no dejar que los demás hagan con nosotros lo que quieran, donde enseñamos a los demás cómo tratarnos, y avisa de que en muchas ocasiones los demás no son adivinos, por lo que lo justo es informarles de que no están haciendo daño con determinados comentarios o conductas.

   Así, para identificar nuestros límites plantea preguntas como 'qué no debo tolerar', 'qué me hace daño y permito', 'con qué odio hacer la vista gorda', y aconseja decirlo aunque a veces nos dé miedo, que suele suceder, según reconoce. "Todo lo que no decimos por no decepcionar a otros nos decepciona a nosotros mismos", sostiene, y sugiere que debemos ponerlos en una relación de forma asertiva, y siempre desde el respeto y el cariño.

   Aquí advierte de que si alguien que conoce nuestros límites se los salta debemos tomar consecuencias, empezando por avisar de dicha consecuencia. "No poner límites afecta a todas nuestras relaciones, incluida la que tenemos con nosotros mismos, porque aprendemos a aguantar, a contenernos, a guardar rencor y nos llenamos de dolor", sostiene.