MADRID 2 Oct. (EUROPA PRESS) -
Las mujeres con una mayor exposición acumulativa a los estrógenos a lo largo de su vida pueden tener un menor riesgo de enfermedad cerebral de pequeños vasos, según un nuevo estudio publicado en el número online de 'Neurology', la revista médica de la Academia Americana de Neurología.
Los autores precisan que el estudio no demuestra que una menor exposición a los estrógenos cause enfermedades cerebrales de los vasos pequeños, sino que sólo muestra una asociación.
La enfermedad de pequeños vasos cerebrales, una forma de enfermedad cerebrovascular, es el resultado de daños en los pequeños vasos sanguíneos del cerebro y aumenta el riesgo de deterioro cognitivo y demencia.
"Investigaciones anteriores han demostrado que las tasas de enfermedad cerebrovascular aumentan tras la menopausia, lo que suele atribuirse a la ausencia de hormonas --recuerda el autor del estudio, el doctor Kevin Whittingstall, de la Universidad de Sherbrooke (Canadá)--. Se desconoce si la cantidad de exposición a las hormonas antes de la menopausia amplía esa ventana de protección a después de la menopausia".
Los investigadores analizaron la relación entre la exposición hormonal a lo largo de la vida, es decir, el número de veces que una mujer ha estado embarazada y su vida reproductiva, y las hiperintensidades de la sustancia blanca, un biomarcador común de la salud cerebral vascular que se desarrolla con la edad.
En el estudio participaron 9.000 mujeres posmenopáusicas con una edad media de 64 años que vivían en el Reino Unido. No padecían enfermedad cerebral de pequeños vasos al inicio del estudio.
Las participantes respondieron a preguntas sobre información de salud reproductiva, como la edad de la primera menstruación y el inicio de la menopausia, el número de embarazos, el uso de anticonceptivos orales y la terapia hormonal.
También se realizaron escáneres cerebrales para detectar la enfermedad cerebral de pequeños vasos mediante la estimación de hiperintensidades de sustancia blanca, que indican lesiones en la sustancia blanca del cerebro.
Los investigadores calcularon la exposición hormonal a lo largo de la vida sumando el número de años que las participantes estuvieron embarazadas y la duración de su vida reproductiva, que es el número de años que transcurren desde la primera menstruación hasta la menopausia. La media de exposición hormonal a lo largo de la vida fue de 40 años.
Tras ajustar por factores como la edad, la hipertensión y el tabaquismo, los investigadores descubrieron que las participantes con una mayor exposición hormonal a lo largo de su vida presentaban menores volúmenes de hiperintensidad de la sustancia blanca. El volumen total medio de hiperintensidad de la sustancia blanca fue de 0,0019 mililitros (ml).
Descubrieron que las mujeres con una mayor exposición hormonal a lo largo de su vida tenían un menor volumen de hiperintensidades de la sustancia blanca, con una diferencia de 0,007 ml en comparación con las personas con una menor exposición hormonal a lo largo de su vida.
Los investigadores también calcularon la exposición hormonal a lo largo de la vida sumando el número de años que los participantes tomaron anticonceptivos orales y terapia hormonal sustitutiva. Estos factores no alteraron el efecto que el número de embarazos y el número de años reproductivos tuvieron sobre las hiperintensidades de la sustancia blanca.
Tanto el número de embarazos como el número de años reproductivos afectaron a los volúmenes de hiperintensidad de la sustancia blanca de forma independiente.
"Nuestro estudio pone de relieve el papel fundamental de la historia reproductiva en la formación del cerebro femenino a lo largo de la vida --resalta Whittingstall--. "Estos resultados subrayan la necesidad de integrar los antecedentes reproductivos en la gestión de la salud cerebral de las mujeres posmenopáusicas. Las investigaciones futuras deberán estudiar formas de desarrollar mejores terapias hormonales".