MADRID, 24 Oct. (EUROPA PRESS) -
Investigadores del Imperial College London (Reino Unido) han presentado un estudio que demuestra que la toxina protoxina II (ProTxII), presente en el veneno de tarántula, ayuda a reducir el dolor producido en las quemaduras.
El estudio, dirigido por el doctor Istvan Nagy del departamento de Cirugía y Cáncer del Imperial College London y publicado en 'The Journal of Molecular Medicine', observa que la toxina es capaz de bloquear de manera específica el canal de sodio Nav1.7 - que actúa como un "interruptor" en las neuronas del dolor- reduciendo significativamente la transmisión del dolor a la médula espinal de manera similar a la morfina.
Aunque la toxina en ella misma no es apta como estrategia terapéutica, estos hallazgos indican que el bloqueo de Nav1.7 podría ser útil en la reducción de dolor en los pacientes quemados y evitar los efectos secundarios provocados por otras terapias actuales.
Los investigadores recuerdan que, aunque las mejoras en el tratamiento de quemaduras de primer y segundo grado han aumentado la tasa de supervivencia en países desarrollados, aun las opciones clínicas para tratar el dolor asociado a la lesión y su recuperación son reducidas y producen efectos secundarios no deseados. Este dolor es una de las consecuencias que más preocupan a los supervivientes, lo que contrasta con los limitados progresos que se han hecho en cuanto a su tratamiento eficaz.
¿CUÁL ES EL PAPEL DE NAV1.7?
Cuando las neuronas especializadas en la transmisión del dolor (nociceptores) reciben una estimulación nociva suficientemente intensa, los canales de sodio presentes en dichas neuronas se abren permitiendo la transmisión de la señal de dolor hasta la medula espinal. El canal de sodio llamado Nav1.7, muy conservado de ratones a humanos, actúa como un "interruptor" en estas primeras neuronas, encargadas de responder a la estimulación dolorosa y transmitir dicha información del exterior a la medula espinal. Por tanto, determina si se transmite o no la información dolorosa al cerebro.
En el estudio se ha estudiado 'in vivo' la distribución del canal de sodio Nav1.7. Los investigadores han observado que existe una asociación entre el dolor por quemaduras y el aumento de la expresión del canal Nav1.7 en las neuronas nociceptoras. Su implicación en el tratamiento del dolor después de una lesión por quemadura le convierte en una excelente diana terapéutica para reducir el dolor.
El trabajo, cuyo primer autor es el alicantino José Vicente Torres Pérez, se ha publicado en la revista 'Journal of Molecular Medicine' y se ha desarrollado en el Chelsea and Westminster Hospital, uno de los cuatro centros principales para el cuidado especializado de quemaduras en Inglaterra y Gales y que cuenta con un equipo multidisciplinar de científicos básicos y clínicos.