MADRID, 4 Abr. (EUROPA PRESS) -
Algunas terapias contra el cáncer se centran en detener el crecimiento del tumor al dirigirse a los vasos sanguíneos que nutren la masa tumoral, mientras que otras actúan sobre el sistema inmune tratando de eliminar el tumor. Investigadores del Colegio de Medicina Baylor, en Houston, Texas, Estados Unidos, han descubierto que los vasos sanguíneos tumorales y el sistema inmunológico influyen en las funciones de cada uno y proponen que considerar estos efectos bilaterales en la terapia del cáncer podría mejorar los resultados.
"Una de las características del éxito de los tumores cancerosos es su capacidad para desencadenar la formación de nuevos vasos sanguíneos, un proceso llamado angiogénesis, para suministrar oxígeno y nutrientes a la masa celular en crecimiento", explica el autor Xiang Zhang, profesor asociado de Biología Celular y Molecular y el Centro de Mama Lester y Sue Smith en Baylor. "Las terapias que intentan bloquear la angiogénesis para matar de hambre al tumor pueden retardar su crecimiento, pero también pueden tener un efecto no deseado, la progresión del tumor y la resistencia a los tratamientos", añade.
Para entender mejor esta aparente contradicción, Zhang y sus colegas -cuyo trabajo se publica en ' Nature'-- han examinado de cerca el microambiente tumoral en el cáncer de mama. "Estamos tratando de descubrir una imagen más completa del microambiente del tumor en el cáncer de mama", explica Zhang, quien también es investigador en McNair en Baylor.
"El ambiente del tumor incluye las células tumorales y otros tipos de células que se reclutan a la masa tumoral y ayudan al tumor crecer. Los científicos han dividido las células en subpoblaciones y los estudiaron por separado. Pensamos que, para entender por completo todo el microambiente tumoral, tenemos que estudiarlo con todos sus tipos de células juntas. Aquí, aplicamos este enfoque y descubrimos por primera vez las conexiones entre los vasos sanguíneos del tumor y el sistema inmunológico".
A pesar de su abundancia, los vasos sanguíneos del tumor realizan su trabajo mal porque su estructura y funciones son anormales. Por ejemplo, no llevan suficiente sangre al tumor, lo que limita la cantidad de oxígeno y nutrientes y crea un microambiente duro que puede estimular algunas células cancerosas a escapar a través de lagunas en los vasos sanguíneos y llevar a metástasis. Los vasos sanguíneos tumorales anormales también pueden interferir con las células inmunes antitumorales o los fármacos que intentan alcanzar el tumor.
IMPLICACIONES PARA LA TERAPIA DEL CÁNCER
Recientemente, restaurar la función y estructura de los vasos sanguíneos tumorales a la normalidad, un proceso llamado normalización de los vasos, se ha considerado una estrategia prometedora para mejorar las terapias anti-vasos sanguíneos. La normalización de los vasos puede potencialmente limitar o prevenir la progresión del cáncer y la metástasis y mejorar la respuesta a la inmunoterapia, la quimioterapia y la radioterapia; pero se sabe poco acerca de cómo el microambiente tumoral regula la normalización de los vasos.
Al aplicar su enfoque de estudiar el microambiente tumoral como un todo, Zhang y sus colegas descubrieron que las células inmunes llamadas linfocitos T pueden promover el proceso de normalización de los vasos. "La regulación recíproca también es verdad --afirma Zhang--. Si cambiamos la estructura de la vasculatura del tumor hacia la normalización de los vasos, también podemos estimular a las células T a infiltrarse en el tumor. Esta regulación bidireccional entre los vasos sanguíneos y el sistema inmunológico no se había dilucidado antes".
"Se han utilizado tanto terapias anti-vasos sanguíneos como inmunoterapias en la clínica y tienen diferentes grados de éxito -explica Zhang--. Por ejemplo, la inmunoterapia ha tenido éxito en algunos tipos de cáncer como el melanoma y el cáncer de pulmón, que son cánceres muy agresivos que no tuvieron un tratamiento efectivo hasta que aparecieron estos tratamientos. Sin embargo, todavía hay muchos pacientes que no responden a este tipo de terapia. De la misma manera, de la terapia anti-vasos sanguíneos sabemos que muchos intentos no han tenido tanto éxito como se había anticipado y no hemos sido capaces de entender por qué".
El trabajo de los investigadores sugiere que las terapias deben considerar no sólo, por ejemplo, la presencia de células inmunes y sus actividades en el microambiente tumoral, sino también la estructura vascular del tumor porque tiene implicaciones en si el tumor sería capaz de responder a la inmunoterapia.
"Nuestro hallazgo sugiere que las terapias anticancerígenas hacia los vasos sanguíneos influyen muy probablemente en la respuesta inmune antitumoral y viceversa, por lo que existe la posibilidad de que al combinar las terapias podamos lograr mejores resultados", dice Zhang. "Sin embargo, todavía estamos lejos de tener soluciones clínicas prácticas y esperamos que nuestro trabajo proporcione cierta base teórica terapéutica para aquellos investigadores que utilizan las dos terapias diferentes en colaboración y mirar cada una a los otros biomarcadores y estrategias terapéuticas".