MADRID 25 Ago. (EUROPA PRESS) -
Una investigadora de la Universidad de Texas en Arlington (Estados Unidos) ha descubierto que los vasos sanguíneos que hay dentro de la médula ósea pueden convertirse progresivamente en hueso con el paso de los años, según publica en la revista 'Microcirculation'.
El examen de estos vasos realizado por Rhonda Prisby, profesora asociada de Kinesiología en el Colegio de Enfermería e Innovación en Salud, condujo al descubrimiento de partículas similares a huesos en la circulación periférica. Sus hallazgos sugieren que las partículas osificadas pueden contribuir a enfermedades como calcificación vascular, ataque cardíaco, accidente cerebrovascular y suministro inadecuado de sangre a las extremidades.
"Al examinar imágenes aparentemente no relacionadas y vincular los detalles de ellas, pude plantear la presencia de partículas similares a huesos en la sangre --explica Prisby--. De hecho, algunas de las partículas osificadas son lo suficientemente grandes como para obstruir los vasos sanguíneos más pequeños".
La calcificación vascular es una característica común y un factor de riesgo de morbilidad y mortalidad, recuerda Prisby. Estas partículas similares a huesos son potencialmente más peligrosas debido a sus bordes afilados. "Algunas de las partículas osificadas tienen puntas y bordes afilados que podrían dañar el revestimiento de los vasos sanguíneos --desvela--. Este daño podría iniciar eventos que conducen a la aterosclerosis (acumulación de placa), lo que puede restringir el flujo sanguíneo con el tiempo".
El descubrimiento de estas partículas similares a los huesos podría ayudar a los médicos a detectar y tratar afecciones potencialmente mortales.
"Al buscar etiologías relacionadas con la calcificación vascular, ataque cardíaco y / o accidente cerebrovascular, quizás deberíamos considerar si las partículas osificadas contribuyen a estas enfermedades y cómo lo hacen" --recomienda--. Mi laboratorio examinará estas posibilidades".